Isco ya adelantaba hace unos días que su renovación con el Real Madrid está en el aire, y es que el malagueño quiere esperar hasta el 30 de junio para decidir qué es mejor para su futuro: cambiar de club, o quedarse con los blancos. A partir de estas declaraciones se ha abierto un debate en el Madrid que los dirigentes blancos no han visto oportuno para este momento decisivo de la temporada. Por ello, el de Arroyo de la Miel ha recibido un toque de atención, según afirma MARCA.
Las palabras de Isco no gustaron a la planta noble del Bernabéu, a pesar de que Zidane reconoció que entendía las molestias del jugador. Las órdenes son claras y el Madrid no quiere que se haga ningún tipo de comentario sobre estos asuntos hasta que no acabe la temporada. Enero es el mes para hablar de las negociaciones y ya ha pasado.
La derrota del Madrid frente al Valencia ha agravado la situación, aunque desde el club piden tranquilidad. El malagueño no disfrutó de minutos en el encuentro, lo que se traduce en una nueva decepción para el jugador. El Madrid pide calma y solidaridad.