Es un tópico: cuando un equipo no termina de carburar, los jugadores rápidamente tratan de transmitir tranquilidad, y para ello no tardan en decir que son conscientes de cuáles son los problemas y de cómo solucionarlos. Sin embargo, las palabras y los hechos acostumbran a ser cosas bien distintas, y es sobre el césped cuando se ve si realmente el vestuario ha tomado conciencia del problema. En el caso del Real Madrid, será la visita a Éibar la que mostrará si el equipo se recupera tras unas jornadas nada positivas.
En apenas siete días los de Zidane se han dejado cinco puntos, y solo en la segunda parte ante el Villarreal el equipo dio una imagen digna de un campeón. El propio Marcelo reconoció tras el empate ante Las Palmas que "están dejando sin hacer cosas que quieren hacer", y las actuaciones tanto de algunos futbolistas como del entrenador han sido puestas en duda a causa de los malos resultados. Ahora que, aunque con un partido menos, el cuadro madridista se ha visto superado por el Barcelona en la clasificación, no puede seguir dejándose puntos en el camino.
En esta tesitura, Ipurúa, próximo destino del Madrid, se presenta como uno de los lugares que pueden decidir el campeonato liguero. No obstante, con la Champions también en juego, a los blancos no les vale solo con una victoria, pues, aunque los resultados son vitales de cara a recuperar confianza, un triunfo con una imagen poco sólida solo serviría para despertar aún más dudas de cara a la fase decisiva del campeonato. El examen tiene fecha y hora, y quizás esta vez no valga con sacar un suficiente.