Karl-Heinz Rummenigge copa los focos de atención del momento por sus declaraciones en la posterior cena de equipo tras el encuentro de Champions. Sus quejas fueron dirigidas principalmente al colegiado húngaro, Kassai, pero tampoco quiso olvidarse del gran encuentro que se vivió en el Santiago Bernabéu entre dos equipos que lo dieron todo. Fue así protagonista de un espectáculo un tanto ridículo para empañar el pase a semifinales del Real Madrid.
Informa Javier Cáceres que el director general del Bayern, micrófono en mano como generalmente hace tras los partidos importantes, habló sobre la frustración que le causó el saldo arbitral. "Siento por primera vez rabia. ¡Nos han estafado! ¡Nos han estafado!", pronunció mientras se dirigía a los allí presentes.
En un momento dado de la cena, el micrófono dejó de funcionar y Rummenigge espetó de forma irónica: "Debe ser húngaro". La indignación del alemán con la actuación del árbitro fue el tópico durante todo su discurso, pero pese a que según él condicionase el partido, destacó el juego que hicieron ambos conjuntos.
No quiso olvidarse de las bajas y jugadores tocados con los que contaba el Bayern para el encuentro y dijo: "Los nuestros lo han dado todo, no hay que olvidar que algunos jugadores estaban lastimados. Después de ver cómo han jugado Hummels, Boateng, Lewandowski y Manuel Neuer no puedo más que quitarme el sombrero".
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