Míchel ha logrado una nueva victoria con el Málaga en Anoeta y ya piensa en su siguiente compromiso: el Real Madrid el próximo domingo. Con todo el revuelo que se formó por su madridismo y sobre si saldrían a competir verdaderamente, el técnico, a semana vista de disputar el encuentro, ha querido zanjar la polémica de un plumazo.
El entrenador boquerón deja claro que ellos serán jueces decisores del campeonato, pero no van a salir a pasearse frente a su afición. Es el último partido grande y quieren dar una alegría a los suyos. Podría ser un encuentro trampa para Zidane que, de lograr una victoria frente al Celta el miércoles, La Rosaleda podría ser escenario de celebración por un título liguero muy disputado.
El Málaga no se juega nada salvo el orgullo y defender sus colores y eso parece suficiente motivo para dar el máximo frente al Madrid. Los de Zidane deben tener claro que será una nueva y la última final antes del desenlace. Quedan 7 días para decidir el campeón a la regularidad y los blancos dependen de sí mismo.
SOBRE EL PARTIDO DEL MADRID
"Queremos estar en el campeonato. No seremos los culpables. Nuestra obligación es defender la camiseta del Málaga".
Rueda de presa de Zinedine Zidane tras el Real Madrid 4-1 Sevilla by footbie.com