A pesar de la importante victoria del Real Madrid sobre el Sevilla por cuatro goles a uno, la imagen del partido fue la de James Rodríguez encaminándose a la banda para ser sustituido aplaudiendo a todo el Santiago Bernabéu. El futbolista colombiano no quería abandonar el club blanco sin hacer un particular homenaje a una afición que se rindió a sus pies tras una primera temporada en el equipo madridista estelar.

El mediapunta no ha acabado de asumir su rol en el conjunto merengue. Acostumbrado a desplegar su fútbol en las proximidades del área rival y ausentarse de las complejas ayudas defensivas, con la condición de innegociable de la BBC, James vio como su hueco sobre el terreno de juego se veía retrasado. Lo que no ha sabido entender el internacional cafetero es que debió intentar reconvertirse para ser un indiscutible para Zinedine Zidane.

Así, los meses han ido pasando y James está a tan solo unas semanas de sarlir del Madrid, a donde llegó tras ser la gran revelación del Mundial de 2014. En la casa blanca ha ampliado su palmarés, hasta cinco títulos ha ganado vistiendo la elástica merengue: dos Supercopas de Europa, dos Mundiales de Clubes y una Champions League. Un palmarés que podría incrementar si el equipo consigue el deseado e histórico doblete.

JAMES, ÚNICO CULPABLE DE SU SITUACIÓN

Aunque muchos hayan asegurado que Zidane es el gran culpable de la venida a menos del cafetero, lo cierto es que James es el único que debe cargar con las culpas. No leyó bien su situación, algo que sí ha sabido hacer Isco, quien parecía estar por detrás de él en las rotaciones. Ahora, el todavía '10' del Real Madrid deberá despedirse del mejor equipo del mundo y poner rumbo a una nueva aventura en otra liga.

James Rodríguez se luce en el entrenamiento con un golazo by footbie.com

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