Isco vive uno de sus mejores momentos desde que está en el Real Madrid. El andaluz está saboreando una etapa feliz, en la que todo lo que intenta le sale sobre el terreno de juego. Sin embargo, no siempre fue así. El de Arroyo de la Miel ha vivido momentos difíciles, en los que los minutos que disfrutaba no eran los que esperaba, llegando incluso a plantearse marcharse del conjunto blanco.

Sin embargo, la confianza de Zidane en sus posibilidades y el cambio en su juego, han hecho posible que su situación de un giro de 180 grados e, incluso, vaya a renovar próximamente con el cuadro merengue. Y es que Isco no es el mismo jugador que llegó en 2013 al Real Madrid procedente del Málaga.

EL GRAN CAMBIO DE ISCO

Isco llegó al Real Madrid como un jugador de gran calidad. El malagueño era un gran regateador que tenía magia en sus botas, sin embargo, no era todo lo efectivo que podía ser. Pero, con el paso de los años, el andaluz se ha convertido en un futbolista más vertical. Sin perder una gota de la magia que tiene en sus botas, Isco ha conseguido ser un jugador más combinativo y que piensa más en la portería rival. Este hecho ha provocado que consiga marcar con mayor asiduidad. Es un cambio en su juego que ha hecho que sus minutos aumenten y, como consecuencia, su importancia en el equipo.

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