La pegada es una cuestión que está afectando a todo el Real Madrid. Parece increíble que con todas las oportunidades de gol que pueden llegar a tener los jugadores a lo largo del partido, terminen sufriendo para ganar con un ajustado resultado -como ante el Alavés- o, en el caso más escandaloso, terminen perdiendo habiendo tenido 27 ocasiones -como ocurrió ante el Betis-.

Este problema se ha trasladado también al delantero más voraz de todo el mundo: Cristiano Ronaldo. El portugués no ha logrado marcar en los dos encuentros que lleva de Liga y en Mendizorroza terminó desesperado.

PACHECO Y EL PALO FRUSTRARON SU PARTIDO

Los goles no llegan pero no porque Cristiano esté de baja forma o porque no goce de oportunidades durante el partido. Ante el Alavés disparó seis veces, tres de las cuales fueron a portería. Una de ellas no entró por una mano salvadora de Pacheco que rechazó a córner un disparo lejano del '7' y las otras terminaron estrellándose en la madera.

TIENE HAMBRE DE GOL

Su cara era un poema cada vez que se chocó bien con el portero o con el palo. No es un caso de ansiedad -se pudo ver en una ocasión de falta prometedora en la que prefirió meter un centro al área en lugar de buscar el disparo- pero para un delantero como él tener tan mala fortuna puede llevar a la desesperación. Por suerte, este martes vuelve la Champions -donde ya hizo un doblete al APOEL- y el próximo domingo el Espanyol visitará el Bernabéu. La bestia está hambrienta.

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