Luis Suárez fue protagonista de varios gestos antideportivos en la visita del Barcelona a Butarque. El uruguayo, que ya en la primera mitad del partido salió de rositas tras casi patear la cabeza de Zaldua, provocó un brutal enfado entre los jugadores del Leganés y la afición del club pepinero después de burlarse de Cuéllar en la celebración de su segundo gol.
EL DUELO ENTRE SUÁREZ Y CUÉLLAR
Suárez y Cuéllar tuvieron sus más y sus menos durante el partido. El uruguayo fue amonestado en el minuto 53 después de un forcejeo con el guardameta del Leganés y se la tuvo guardada hasta que siete minutos después volviera a batirle. Suárez, inmediatamente después de anotar, se dirigió hacia el portero con el puño en alto en un feo gesto que le costó los reproches de sus rivales.
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