No pudo ser. Gareth Bale no fue capaz de impedir la derrota galesa ante la Uruguay de Edinson Cavani. El extremo madridista lideró a su combinado nacional con el objetivo de proclamarse campeón de la China Cup, sin embargo, un solitario gol del ariete del PSG resultó determinante. Tras anotar un hat-trick ante la anfitriona y superar a Ian Rush como máximo goleador de la historia de su país, el '11' llegaba cargado de confianza al choque frente a los charrúas. Estaba con ganas y lo demostró a las primeras de cambio, cuando en el primer minuto de partido ya tuvo un acercamiento peligroso al área rival.
UN FUTBOLISTA TOTAL
Con total libertad de movimientos, Bale ayudó a su equipo en la construcción del juego y bajó a recibir a la medular como un centrocampista más. Los uruguayos, conscientes de su potencial, centraron todos sus esfuerzos en acorralarle para que no pudiese progresar y, en ocasiones, se le vio rodeado de tres o cuatro futbolistas. Pese a ello, el galés insistió hasta el final, ya fuese desde los flancos o desde la parcela central del terreno de juego, pero no fue suficiente. La tetracampeona del mundo -así lo reconoce la FIFA al considerar la victoria en los JJ.OO. de 1924 y 1928 como dos títulos mundiales más- supo gestionar la renta cosechada y se alzó con el torneo.
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