Final de infarto en el partido de vuelta de los cuartos de final de la Champions League entre el Real Madrid y la Juventus. Cuando el conjunto italiano logró remontar el 0-3 de la ida igualando el resultado en el estadio Santiago Bernabéu, una jugada en el último minuto lo cambió todo.

Mehdi Benatia, defensa central marroquí del conjunto italiano, y que llevaba ya unas cuantas acciones polémicas, cometía un penalti claro al empujar a Lucas Vázquez por detrás, sin tocar el balón. El colegiado inglés, Michael Oliver, al igual que a lo largo de los noventa minutos donde se había mostrado dubitativo en muchas acciones polémicas pitando pasados unos segundos, señaló el punto de penalti para euforia de todo el templo blanco.

La tensión fue tal que Buffon acabó siendo expulsado por roja directa ante sus protestas, una expulsión que pone un triste punto y final al eterno portero italiano en la máxima competición continental -ya que se especula con que esta podría ser su última temporada en la élite-. Los jugadores juventinos se comían al colegiado, mientras que en las bandas la pasión por sus respectivos colores provocaba que Modric o incluso Sergio Ramos discutiesen con los rivales. El capitán, fuera por sanción y que bajó a la boca del túnel de vestuarios tras el tercer gol bianconero, discutió acaloradamente sobre el penalti con el entrenador de la Juventus, Massimiliano Allegri.

Por la expulsión de Gigi Buffon, entraba el guardameta suplente de la Vecchia Signora, Szcesny, por Higuaín. Tras unos minutos en los que las discusiones eran las protagonistas del área de la Juventus, Cristiano Ronaldo ejecutaba el lanzamiento del penalti a la perfección. A la izquierda del guardameta, un chut duro, fuerte, alto, inapelable para el recién ingresado al terreno de juego.

El gol de Cristiano Ronaldo, con el que continúa con su racha anotadora en los últimos once partidos, levantó a todo el Santiago Bernabéu y a todo el madridismo de sus asientos. El Real Madrid, sufriendo como pocas veces antes, se colaba en las semifinales de la Champions League. La celebración del mejor jugador del mundo estuvo a la altura de la ocasión. El '7' blanco no pudo evitar quitarse la camiseta y celebró con los brazos abiertos junto a su afición la nueva épica merengue. Otra noche mágica, y sufrida, en el coliseo madridista. (Así vivimos el partido en directo).

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