Durante el pasado domingo, tuvo lugar en Francia el clásico por antonomasia desde que los petrodólares se apoderaron de las manijas del fútbol. PSG y Mónaco medían sus fuerzas en un encuentro sin apenas trascendencia en cuanto a lo deportivo se refiere.

El equipo de París recibía a un Mónaco que poco se parece al ese equipo motivado del año pasado, donde un despuntante Kylian Mbappé  comenzaba a asomar la cabeza. El francés, ahora en las filas del PSG, vio como su actual equipo infringía una dolorosa derrota por siete goles a uno a su anterior club.

NEYMAR, DISTANTE EN PARÍS

No obstante, que el PSG se alzara con el título era algo más o menos esperable casi desde el comienzo de la temporada. En la gran cita faltaba un nombre propio: Neymar. El brasileño, que hace pocos días desvelaba el tiempo aproximado en el que volvería a Europa, aprovechó el momento en el que su club se coronaba campeón de la Ligue-1 para jugar una partida de póker. 

Así lo quiso hacer saber, sin tapujos y sin esconderse a través de su perfil de Instagram, donde se puede observar la mesa de juegos con un televisor enorme de fondo con el partido en cuestión en la pantalla. Llama la atención el desapego del jugador para con sus jugadores y club. Más si cabe la presencia de su padre en la grada del Parque de los Príncipes. El constante rumor sobre una posible marcha del brasileño a final de temporada comienza a coger cada vez más fuerza. El Real Madrid mantiene el interés en el astro de cara a reforzar la línea de ataque para la próxima temporada.