Tradición. Símbolo. Respeto. Patria. Todos los valores han sido una vez echados por tierra por parte de la afición del Barça. Los blaugranas se colaban una vez más en la final de la Copa del Rey. Su rival, el Sevilla y el escenario: el Wanda Metropolitano.
Durante las semanas y, sobre todo, en los días previos a la esperada final copera, las impresiones sobre la posible nueva pitada al himno se sucedían, así como las valoraciones y las posibles medidas a tomar por las diferentes autoridades.
EL REY FELIPE VI PRESIDIÓ EL PARTIDO
Pese a que es la gran fiesta del fútbol español, esta quedó en parte empañada por los pitos por parte de la afición del Barcelona al himno de España. Sin embargo, los sevillistas sacaron lo mejor de sí, como en las noches mágicas en el Sánchez Pizjuán con su propio himno, para silenciar, en gran parte, a los culés. Al contrario que en pasadas ediciones de la final de Copa, el sevillismo logró plantar cara a la falta de respeto que duele a todo un país año tras año y con el ya famoso 'lololo lololo' provocaron que los silbidos de la afición del Barça no resonase como en años anteriores. El Sevilla, gracias a su afición, marcó el primer gol.
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