El posible fichaje de Neymar por el Real Madrid sigue protagonizando portadas. El brasileño es el centro de atención en París y en Madrid, aunque su nombre también se ha podido ver entre los clubes de Inglaterra como el United -que sueña con su traspaso-. Las últimas palabras de Messi sobre lo que supondría ver de blanco a su gran amigo brasileño han provocado un huracán ya que confirman el malestar del Barcelona con esa más que probable operación.

NEYMAR QUIERE JUGAR EN EL MADRID

El brasileño quiere fichar por el Real Madrid. Tal y como adelantó EL BERNABÉU, su entorno ya ha dado el visto bueno a la entidad merengue e incluso el padre de jugador ha pedido a Pini Zahivi que trabaje para lograr el traspaso. Este, junto a Juni Calafat, será una de las personas clave en la operación entre ambas partes. No será, sin embargo, hasta pasada la Champions cuando el club de Concha Espina se lance a por todas con el brasileño. La tensión en el bando culé es notable y no ha hecho más que aumentar las ganas de todo el madridismo de incorporar a Neymar. Se ficharía a una estrella mundial y, además, se daría un buen golpe al Barcelona.

MESSI, PORTAVOZ DEL VESTUARIO CULÉ

El argentino es una de las voces más autorizadas del vestuario culé. Sus declaraciones no son muy numerosas ni mucho menos pasan en vano. Por ello, sus palabras acerca del posible fichaje de Neymar por el Real Madrid han reflejado a la perfección el sentimiento que se vive en el seno del Barcelona. Messi sabe que ver a uno de los futuros Balón de Oro vestido de blanco después de haberlo hecho de blaugrana sería un duro golpe para la plantilla y, sobre todo, para la afición. Además, el argentino siempre ha mostrado una gran relación con el actual '10' del PSG, por lo que verle formar delantera con Cristiano Ronaldo, su máximo competidor individual, no sería de su agrado.

LOS DESASTRES DE LA DIRECTIVA DEL BARCELONA

Se han quedado muy atrás del Real Madrid. A pesar de que el club merengue ha sido más criticado por, supuestamente, no tener dirección deportiva, los movimientos en el mercado de cada entidad ha reflejado algo muy diferente. El equipo de Chamartín se ha hecho con jóvenes talentos que apuntan a dominar el mundo del fútbol dentro de unos años, mientras que el Barça ha fracasado en todas sus últimas incorporaciones. Sin ir más lejos, obra de Bartomeu son los fichajes de Alcácer o Aleix Vidal, que tienen pie y medio fuera de la plantilla, o desmesurados desembolsos como el de Coutinho o Dembélé. La temporada pasada estuvieron al borde del desastre y han conseguido calmar los ánimos a golpe de talonario y no por lo logrado en el campo. Neymar acabó de la peor manera con Bartomeu y compañía y su traspaso al Madrid sería, en parte, culpa suya.