Tras la tormenta llega la calma. Después de la inesperada decisión de Zidane de abandonar el Real Madrid, el club blanco comienza a construir un nuevo proyecto poniendo las bases del que será el equipo para la temporada 2018/2019. El francés dimitió con tres Champions consecutivas y, en total, nueve títulos en apenas dos años y medio. El desgaste del éxito y la estrecha relación con la plantilla han provocado que el técnico de los récords haya puesto el punto y final a su etapa en el banquillo merengue. 

La presión ha sido inaguantable para un Zidane que en el mes de enero empezó a replantearse dimitir a final de la campaña si mantenía la corona europea. La mala imagen en la Liga y la Copa ha provocado que el galo crea que su discurso se ha agotado y que sea mejor dejar paso a un nuevo entrenador. En los planes de Florentino Pérez está que la sucesión sea liderada por un técnico con experiencia y que acumule varios años en la élite. Por esta razón se descarta una solución dentro de La Fábrica, ya que en la entidad merengue no se ve apropiada la situación para probaturas.

Pochettino, en rueda de prensa. Foto. Twitter (@SpursOfficial)

Entre los posibles sustitutos de Zizou aparece el nombre de Mauricio Pochettino. El argentino es un entrenador muy del gusto de Florentino Pérez y de José Ángel Sánchez por su estilo y conocimiento del campeonato nacional. La adaptación sería rápida y su Tottenham fue capaz de vencer al campeón de Europa con un gran encuentro en Wembley. No es el único nombre en las quinielas, pero sí el que más posibilidades tiene de convertirse en el nuevo jefe de una plantilla que también sufrirá una renovación. 

El reto para el nuevo técnico será solo apto para valientes. Llegar en estos momentos al conjunto merengue significa una presión extra al hacerlo tras la mejor etapa del club desde aquellas primeras Copas de Europa. Precisamente, el Real Madrid es insaciable y la máxima exigencia obliga a tomar decisiones en una época de bonanza antes de que llegue la decadencia. Esa es la principal razón por la que Florentino Pérez acudirá al mercado este verano y pondrá especialmente atención al próximo Mundial

Zidane no se veía capaz de realizar la revolución y por ello ha decidido que lo mejor para el Real Madrid es un técnico sin ataduras a ningún jugador. El galo tampoco quería gestionar la posible salida de Cristiano Ronaldo. La dimisión del entrenador provoca, además, que el '7' está ahora más cerca que nunca de abandonar la capital de España tras nueve años de sólido matrimonio. La etapa del portugués podría concluir con su marcha después de sus inapropiadas declaraciones tras la final de Kiev y unas exigencias salariales que el Real Madrid no está dispuesto a aceptar. 

Neymar saludando a los aficionados del PSG. Foto: Twitter (@PSG_inside).

EL FUTURO DE NEYMAR, CRISTIANO Y BALE

Por contra, Bale es el gran beneficiado y la continuidad del galés es más fácil una vez que Zidane haya dejado de ser el entrenador madridista. Los fichajes dependerá de lo que suceda finalmente con Neymar. El brasileño es el objetivo prioritario siempre y cuando el PSG acepte traspasar a su estrella. El hambre de títulos del delantero y su motivación por convertirse en el mejor del mundo encajan con lo que busca el Real Madrid para continuar con un reinado legendario durante los próximos años. 

También llegará un guardameta para renovar la portería pensando en el presente y, sobre todo, en el futuro. Los 31 años de Keylor Navas invitan a la entidad de Chamartín a firmar a un cancerbero con proyección que asegure una sucesión tranquila debajo de los palos. Zidane paró en enero el fichaje de Kepa y el vasco acabó renovando con el Athletic. Esa opción ya es historia, aunque ahora el Real Madrid tiene en la agenda el nombre de Alisson. La Roma de Monchi no venderá barato, pero el portero de la selección brasileña está en la hoja de ruta a seguir para las próximas semanas. 

Neymar será la principal estrella que ilumine el nuevo firmamento blanco, pero no la única de la nueva constelación que debe crear Florentino Pérez para alargar la vida de un Real Madrid campeón. Ya será sin Zidane, porque la revolución, en esta ocasión, no será francesa. 

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