Cualquiera se mete con Dejan Lovren. El croata le ha demostrado a uno de sus amigos en qué consiste -o consistía en tiempos pasados, a juzgar por la extrema dureza con la que se ha producido la acción- el oficio de un defensa central. Durante sus vacaciones, lejos de desconectar del fútbol y olvidarse del deporte que copa la mayor parte de su tiempo a lo largo del año, el futbolista del Liverpool ha querido entrenar el uno contra uno ejerciendo funciones defensivas, aguantando los regates de su acompañante, que tenía como fin burlarle hasta colmar su paciencia y desquiciarle. Visto lo sucedido, lo ha conseguido.

Lovren ha llegado a un punto en el que no ha aguantado más y se ha tomado la venganza por su mano. O el balón o el jugador, pero los dos juntos no, rezaba esa máxima que tanto se ha aplicado entre los zagueros y que tan bien aprendida parece tener este futbolista. 

Su amigo se disponía a encararle, conduciendo con la pierna izquierda, y Lovren ha cortado por lo sano. Le ha dado una patada en el pecho, al más puro estilo Nigel De Jong, y le ha dejado en el suelo, retorciéndose de dolor y sin poder creerse lo que acababa de ocurrir. Falta saber si, como ha manifestado el futbolista holandés, ambos han limado asperezas en el tercer tiempo y se han tomado una cerveza, para solucionar lo acontecido en el césped. Unas imágenes entre amigos pero que se han vuelto virales por la fuerza del red.