Las aguas han bajado revueltas en Krasnodar. La concentración de la selección española ha vivido dos días más que intensos. Dos jornadas en las que Luis Rubiales se erigió como protagonista y decidió deshacer el trabajo que Julen Lopetegui había construido desde que sucedió a Vicente Del Bosque en 2016. Tres días antes del debut de España, el Real Madrid anunciaba el fichaje del técnico vasco para las próximas tres temporadas. Su incorporación no se daría hasta que la conclusión del Mundial para la Selección - o bien en la final o antes -.
En estas condicionas han estado muchos técnicos a lo largo de la historia. Van Gaal, Conte e incluso el mismísimo Luis Aragonés. Sin embargo, pese a ello, Luis Rubiales decidió echar gasolina a un fuego que se pintó más grande de lo que realmente fue. El presidente decidió cortar de raíz los ríos de tinta que se virtieron en los medios de comunicación durante la tarde del pasado martes, aunque tardó un día en hacerlo, cuando sólo restaban dos fechas para alcanzar el ansiado 15 de junio, cuando España debutará en el Campeonato del Mundo. Rubiales anunció la destitución de Julen Lopetegui entre excusas que se transformaron en mentira. Un ejemplo es el comunicado que la RFEF manipuló. Una nota de prensa en la que pasó del conocimiento del fichaje por parte de la RFEF al discurso que daría el máximo mandatario del fútbol español el jueves.
Su perorata se convirtió en una convención de excusas que disfrazaban los auténticos motivos por los que Rubiales tomó la decisión de cesar a Lopetegui. Tres razones que nada tienen que ver con el desconocimiento que mostró el presidente en la sala de prensa rusa.
CAMPAÑA MEDIÁTICA
El fichaje de Julen Lopetegui por el conjunto madridista fue la excusa perfecta para el inicio de una agresiva campaña mediática con el vasco como objetivo secundario. El principal es el de siempre. El Real Madrid. Infinidades de acometidas contra la entidad que dirige Florentino Pérez en tan sólo 24 horas.
Florentino Pérez también ha sido el foco de los ataques de la prensa, que exigían al Real Madrid una defensa de los intereses de la Selección por encima, incluso, de los propios. El conjunto madridista tenía la urgencia de contratar un entrenador inmediatamente. Los blancos no tenían un plan B en la cabeza, pues jamás podrían esperar que Zinedine Zidane se marchara. De este modo, Julen Lopetegui ha pasado de ser un entrenador que contaba con el predicamento de la prensa, a poco menos que un 'traidor'.
PRESIÓN DE ALGUNOS DIRECTIVOS
La campaña mediática no llegó de vacío, trajo consigo un sinfín de presiones por parte de miembros de la junta de Luis Rubiales. El vicepresidente para el fútbol femenino de la RFEF se mojó en Radio MARCA y aseguró que "no eral momento" y que podría ser una decisión mala.
Pero no hubo muchas declaraciones más de los directivos de la Federación, sino que actuaron en la sombra, convenciendo a Rubiales de que lo mejor que podría hacer es destituir a Julen Lopetegui, editando el comunicado inicial en el que no había lugar para la polémica.
GESTO PARA LA GALERÍA
La última razón que explica la decisión de Rubiales es la intención de mandar un mensaje. El presidente de la Federación Española ha querido dejar patente quién es el que manda en el ente federativo. Es decir, se trata de un gesto de cara a la galería para marcar el territorio. Ha establecido una jerarquía más estricta de la que ya existía, erigiendo su persona hasta las cotas más altas de la misma, por encima de cualquiera.
Además, pese a que los jugadores intercedieron por el entrenador ante Luis Rubiales, su dictamen fue en contra del deseo de los futbolistas que componen la lista de 23 que eligió Julen Lopetegui a finales del mes de mayo.