El partido entre Serbia y Brasil no comenzó nada bien. Sin haber llegado al minuto diez de juego, Tite tuvo que gastar su primer cambio del encuentro. Marcelo se retiraba del campo con claros signos de molestias y provocando una gran preocupación entre los compañeros, el banquillo y los aficionados. El lateral del Real Madrid no tuvo ningún golpe reseñable que le provocara algún dolor muscular y el propio jugador tampoco dio sensación de ello.

Sin embargo, se echó varias veces la mano a la cara y su gesto serio lo decía todo. Tuvo que abandonar el terreno de juego rápidamente y se marchó a los vestuarios con la ayuda de los médicos de Brasil. El jugador, renqueante, ponía rumbo a las instalaciones del estadio con un ayudante en cada lado escoltándole y ayudándole en su camino. Por medio de las redes sociales, y una vez comenzada la segunda parte, Brasil informaba: "En un intento de arrancada, el lateral tuvo un espasmo en la columna. Fue medicado y está bien".