Gareth Bale y Manchester United. Dos nombres que se han juntado en infinidad de titulares durante los últimos dos años. El curso anterior, José Mourinho ya insistió en fichar al futbolista galés. De hecho era una prioridad para el Manchester United, pero el jugador decidió quedarse en el Madrid con la promesa de jugar minutos importantes. 

Sin embargo, en la presente temporada, Gareth Bale no ha quedado conforme con el reparto de minutos de juego que hizo el extécnico, Zinedine Zidane. El galo perdió la confianza en el ex del Tottenham, que desapareció de las alineaciones del francés durante un periodo de tiempo para jugar, tan sólo, partidos intrascendentes de Liga. Es cierto, que su lesión le cortó en su mejor momento y que, en el último tramo de campaña, su rendimiento mejoró. Tanto es así que jugó una parte de la final de Kiev e incluso metió dos goles. Sus números iban in crescendo. 

LAS DUDAS

Pero no es oro todo lo que reluce. El extremo galés no estaba contento con los minutos que había disputado en la temporada. La confianza de Zidane en él había mermado hasta sembrar un mar de dudas en la cabeza de Bale. Una desconfianza tal que le llevó a sacar a pasear a la lengua aduciendo que "necesito minutos" y que se tendría que replantear su futuro. 

Unas palabras que alentaron a los equipos que esperaban agazapados para lanzarse sobre el galés. Uno de ellos es el Manchester United, que ha vuelto a la carga. No sólo pretenden fichar a Kroos, según informa AS, sino que también, quieren arrebatarle al Madrid a Bale. 

EL PLAN DE MOURINHO

Según The Times, el técnico portugués le comunicó al vicepresidente ejecutivo de la entidad británica, Ed Woodward, su intención de firmar a Gareth Bale. Si está en la puerta de salida, Mourinho aseguró que peleará con él, según la información del prestigioso rotativo británico. 

El portugués aguardará al ras de la hierba, esperando a que Bale decida si se marcha o no del Madrid. Su agente declaró que hablarían con el conjunto madridista en las próximas semanas. La vida es diferente, dado que la salida de Zidane ha devuelto cierta ambición y esperanza a Gareth Bale. Ahora tendrá que convencer a Julen Lopetegui de que la potencia galesa no está dormida ni ha muerto, sino que dispone de ella cuando desee.