El principio del fin de Cristiano Ronaldo en el Real Madrid comenzó a escribirse hace un año, exactamente el verano pasado. Sin embargo, al aficionado blanco le costó creerse que el portugués cumpliría su amenaza hasta que después de ganar La Decimotercera en Kiev cometió su mayor error. El delantero eclipsó el éxito del club en una noche especial e histórica.
Era junio de 2017 cuando, a través de la prensa portuguesa, Cristiano aprovechó para lanzar su primer órdago al Real Madrid. Sus problemas con Hacienda y la renovación de Messi con una espectacular subida de sueldo encendieron la mecha de la bomba que ha terminado por estallar este martes 10 de julio de 2018.
El primero de los motivos que ha provocado la salida del actual Balón de Oro del equipo blanco fue la negativa, por parte del Real Madrid, de hacerse cargo de la multa de la Agencia Tributaria. La entidad presidida por Florentino Pérez siempre consideró este hecho como un problema personal del jugador y de sus asesores. Cristiano quiso una defensa a ultranza y pública por parte del Madrid, pero el presidente mantuvo siempre al club por encima de todo.
Este hecho desembocó en una petición de subida de sueldo por parte de Jorge Mendes, representante del luso. Los más de 40 millones de euros netos que cobraba Messi en el Barcelona y los 37 'kilos' que recibe Neymar tras su fichaje por el PSG enfadaron a un Cristiano que sentía que debía estar a la altura de ambos en el terreno económico.
Sin embargo, el Real Madrid ofreció los 30 millones limpios por temporada que cobrará en la Juve y el delantero los rechazó. No entendió que el ecosistema salarial en el club blanco no se rompe como en un PSG 'dopado' por los petrodólares y en un Barça que incluso ha puesto en peligro su equilibro presupuestario.
Además, la situación del argentino era completamente distinta a la de Cristiano. Messi terminaba contrato, mientras que el madridista había renovado en noviembre de 2016 por cinco años más. Un hecho destacable y que convertía las negociaciones de ambos jugadores en completamente diferentes.
El Madrid siempre alimentó el ego de Cristiano de forma correcta. Un Santiago Bernabéu entregado cada partido y un club rendido por completo al que fue el sucesor de Di Stéfano. Pero nada era suficiente para un futbolista con una calidad tan grande como su orgullo. Los celos por un posible fichaje de Neymar terminaron por herir a un jugador que olvidó que el club está por encima de todo.
Poco a poco ese amor que sentía Cristiano Ronaldo por el Real Madrid se fue apagando y hace escasas semanas recordó aquel chispazo que había tenido con la Juventus en los cuartos de final de la última Champions. La afición bianconera se puso en pie para aplaudir su chilena convertida en obra de arte. El '7' no lo olvidó y de aquellos polvos estos lodos.
Al final, el luso se va sin ganar más dinero de lo que lo haría en la capital España, aunque en Italia encontrará una fiscalidad más ventajosa. Tanto Cristiano como el Madrid pierden, pero mucho más una leyenda que debería haberse despedido con la camiseta blanca en el Santiago Bernabéu. No lo hará por razones de ego y orgullo. Pidió salir y la entidad presidida por Florentino Pérez aceptó los 100 millones de euros de la Juventus como acto de agradecimiento a un jugador único e irrepetible. Ciao, Cristiano.
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