El Atlético de Madrid llega a la final de la Supercopa de Europa como campeón de la segunda máxima competición continental de clubes. Para conseguir el primer título europeo de la temporada 2018/2019 tendrán que ganar al Real Madrid, ante el que sucumbieron primero en Lisboa y más tarde en Milán en las finales de la Champions League de 2014 y 2016 respectivamente.

Simeone no se reservará nada para derrotar a su eterno rival y por ello apostará por Griezmann, quien ha tenido menos vacaciones que el resto tras proclamarse campeón del mundo con Francia. Un compatriota suyo, Lemar, también apunta al once titular y es que el galo ha sido una de las grandes apuestas del verano del conjunto rojiblanco.

Lo que permanece invariable en los planes del entrenador argentino es quién será el dueño de la portería colchonera a lo largo de la próxima campaña. Oblak se ha convertido en el Wanda Metropolitano en uno de los mejores guardametas del mundo y su puesto bajo los tres palos es innegociable, pese al reciente fichaje de Adán por la entidad madrileña.

En la línea defensiva estarán Juanfran por la banda derecha y el incombustible Filipe Luis por el flanco izquierdo. Mientras, acompañando al innegociable Godín estará su compatriota Giménez. En la medular llegan las novedades. Tras el adiós de Gabi, Koke y Rodri formarán en el doble pivote, mientras que por las bandas se situarán el ya mencionado Lemar y Saúl.

En la punta de ataque, acompañando a Antoine Griezmann -quien fue protagonista en el principio del mercado por su vinculación con el Barcelona- estará Diego Costa, el guerrero de 'El Cholo' Simeone. El hispano-brasileño fue de lo poco salvable de la Selección en el pasado Mundial de Rusia 2018.

La ilusión del Atlético

El Cholo ha vuelto a hablar de los presupuestos en la rueda de prensa previa al encuentro. Siguiendo su discurso, y obviando los varios fichajes que han firmado en las últimas semanas, el entrenador argentino ha afirmado que a ilusión no les gana nadie. Además, ha tenido tiempo para mandar un recado a los recién llegados: sin trabajo, la calidad poco le importa