Gareth Bale está ante un año clave para el devenir de su travesía en el Real Madrid. Tras algunas temporadas lastrado por las lesiones, la afición y el club esperan que por fin sea el jugador que todo el mundo esperaba cuando se le fichó. El galés está ante su gran oportunidad para convertirse en el jugador insignia del conjunto madridista después de la marcha de Cristiano Ronaldo.

Tras la pretemporada y los dos partidos oficiales disputados, el '11' blanco está respondiendo a la confianza que el club ha depositado en él. En la Supercopa de Europa dejó una gran asistencia para que Benzema anotase el empate y en el debut liguero ante el Getafe marcó el segundo gol tras una buena asistencia de Marco Asensio. 

El dato que confirma el buen momento que traviesa el atacante blanco es demoledor. De los once últimos disparos a puerta que ha realizado, ocho de ellos han acabado en gol. Esta estadística solo contabiliza los disparos realizados en partidos oficiales y da comienzo en el partido liguero frente al Leganés la temporada pasada. 

Dentro de estos ocho goles destacan el anotado en el Camp Nou la temporada pasada que le valió al conjunto del entonces entrenador Zinedine Zidane para llevarse un punto de tierras catalanas. Aunque sin duda los dos goles más importantes son los anotados en Kiev en la final de la Champions League que le valieron a los merengues para conquistar su tercera 'Orejona' consecutiva.

Gareh llegó al Real Madrid en el verano de 2013 y desde entonces ha tenido un rendimiento bastante irregular. Su primera temporada fue clave en partidos importantes como la final de la Copa del Rey en Mestalla frente al Barcelona o la final de la Champions contra el Atlético de Madrid, en ambas ocasiones marcó goles importantes y todos los madridistas esperan que esta temporada se pueda ver a ese Bale que aparece en las grandes citas como ocurrió contra el Liverpool.