Gareth Bale ha comenzado como acabó: marcando goles en cada oportunidad. Con el último en Montilivi, el galés suma nueve goles en los últimos nueve partidos, un promedio redondo. Ha logrado esos tantos con apenas 23 remates. O lo que es lo mismo: cada 2,5 disparos bate al portero rival. Bale está tirando del carro, porque en esta racha de nueve partidos ha doblado su efectividad desde que llegó al Madrid en 2013 (un gol cada 5,4 remates). 

En esos nueve encuentros, que incluyen el doblete en la Decimotercera, el '11' madridista ha exhibido un acierto más palpable estadísticamente en la comparativa con Cristiano Ronaldo. El portugués necesitaba casi el doble de remates (4,7 por 2,5 del galés) para cantar gol. En la jornada 35 de la temporada pasada anotó su único disparo frente al Leganés, igual que el tanto del Camp Nou en la jornada siguiente. 

Tras lesionarse en Dortmund el 23 de septiembre del año pasado, y tras recaer poco después, reapareció el 13 de diciembre en el Mundial de Clubes y desde entonces no se ha vuelto a lesionar. Bale no sólo está fino como goleador, tal y como apuntan sus números. Su físico, que tanto le castigaba mentalmente, también está en plenas condiciones. Se nota al jugador más seguro en todo lo que hace y como un auténtico líder.

Promedios de un delantero impecable 

Bale está logrando prolongar una racha que se inició en el tramo final de la temporada pasada y que sostuvo en dos partidos de mucha altura. Marcó en el Camp Nou, en el Clásico del 6 de mayo que acabó con un empate, y sobre todo se coronó en Kiev con el doblete al Liverpool que fue esencial para la última Champions League, con un gran gol de chilena incluido, que le valió el MVP de la final. 

Esta campaña parece decidido a seguir con esos promedios, ya que marcó frente al Getafe en la primera jornada tirando una sola vez a portería, igual que frente al Girona, demostrando su selectivo y efectivo disparo a la hora de amenazar a los porteros rivales.