Quedan tres días para que el Real Madrid afronte su partido más importante de lo que lleva de temporada: El Clásico. El club blanco visita el Camp Nou para verse las caras por primera vez este curso contra su eterno rival, el Barcelona. Ambos llegan al choque con la necesidad de llevarse la victoria y dar un golpe a la mesa, aunque echando un vistazo la clasificación son los de Lopetegui los que están más obligados a llevarse los tres puntos.
Es una realidad que el Real Madrid no está en un buen momento. Después de cinco partidos seguidos sin ganar, se reencontraba con la victoria este martes contra el Viktoria Pilsen aunque no logró convencer. Sin embargo, este resultado y la sequía goleadora que ya parece haberse atajado son las mejores excusas para provocar un cambio moral en el equipo y llegar a El Clásico como un león hambriento. El vestuario lo tiene claro y cree que es su momento para reivindicarse.
El partido se toma como lo que es, una final. A vida o muerte, en un partido en el que Lopetegui camina sobre el alambre y es que una derrota podría costarle el cargo. Pero en el vestuario son ajenos a lo que se dice sobre su entrenador. Están con él a muerte y creen en él para revertir esta situación. La única consigna que hay entre los jugadores es la de ir a ganar al Camp Nou. Solo vale volver de Barcelona con los tres puntos y están convencidos de lograrlo.
Consigna tras la victoria en Champions
Tras el partido contra el Viktoria Pilsen, los jugadores que fueron hablando ante los micrófonos se mostraron autocríticos, pero también motivados para El Clásico. Kroos lo ejemplifica a la perfección: "Mañana nos recuperaremos y nos enfocaremos en hacer un buen partido en El Clásico", decía el alemán en zona mixta. Otros como Benzema o Casemiro iban en la misma línea. Desde que el árbitro pitó el final del partido, el Madrid pasó a mentalidad Clásico y es que es lo único que ahora importa. Ni rumores, ni posibles sustitutos en el banquillo, ni la Champions. Solo importa El Clásico.
Ganar El Clásico supondría el golpe de motivación que necesita el Madrid. La racha por la que se ha atravesado ha hecho mucho daño, pero se tiene la confianza de que se puede revertir la situación. Aún hay tiempo y es que apenas llevan nueve jornadas disputadas en La Liga y el Barcelona, líder de la clasificación, está a cuatro puntos de diferencia. El año pasado, sin ir más lejos, el Madrid de Zidane ya estaba siete puntos abajo respecto al eterno rival.
Un Madrid herido amenaza a un Barça sin Messi
Como consuelo está que el Barcelona no pasa ni mucho menos por su mejor nivel. El club azulgrana ha salido recientemente también de una racha negativa y no convence. En el vestuario del Madrid ven como todos los dardos van contra ellos, mientras que la crítica es más 'permisiva' con los culés. Además, la baja de Messi puede ser crucial en un choque que contará once años después con las bajas tanto del argentino como de Cristiano Ronaldo. Hasta ahora el '10' ha salvado los muebles del Barcelona, pero Valverde deberá afrontar El Clásico sin su mayor estrellas después de que se fracturara el radio del brazo derecho.
La cuenta atrás ha comenzado. El Madrid se la juega en un escenario de nivel. Para muchos este partido llega en el peor momento posible para el club blanco, sin embargo, en el vestuario lo ven como una oportunidad. Una oportunidad para dejar claro que este equipo mantiene el mismo bloque que ganó tres Champions consecutivas. Una oportunidad para limpiar la imagen de un escudo al que todos desean a toda costa ver caer. El Madrid contra todos.
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