Sandro Rosell ayudó a que el Real Madrid fichara a Ronaldo

Sandro Rosell fue uno de los intermediarios que ayudó a que el fichaje de Ronaldo Nazario por el Real Madrid se llevara a cabo. Corría el verano de 2002 y por aquel entonces el que después sería presidente del Barcelona trabajaba como representante de Nike, la firma del futbolista.

Según informaciones publicadas por Movistar+, en la recta final del mercado de fichajes del verano de 2002 estuvo a punto de producirse una operación a tres bandas que hubiera cambiado por completo el panorama del fútbol europeo. Esta negociación incumbía al Real Madrid, al Inter de Milán y el Barcelona. 

El equipo blanco ofrecía a los italianos 25 millones de euros más su delantero Fernando Morientes a cambio de Ronaldo Nazario. El atacante cacereño sería después vendido al equipo azulgrana. El Inter tenía bien cubierta su delantera, pues en ese verano se había reforzado con los argentinos Hernán Crespo y Gabriel Batistuta, además del italiano Bernardo Corradi -que años más tarde pasó por el Valencia-.

Fue el Barcelona quien poco antes del cierre de mercado se echó atrás y Morientes decidió seguir vistiendo de blanco. Florentino Pérez, presidente del Real Madrid, tuvo que apretar y ofrecer 45 millones para poder cerrar la operación antes de que se terminara el mercado. 

Ronaldo y Morientes en el Corazón Classic Match 2017

Rosell se reunió con Valdano y Sánchez para cerrar el fichaje

Es aquí donde entra la figura de Sandro Rosell, que trabajaba como representante de Nike, la firma de Ronaldo. Movistar+ ha filtrado incluso imágenes de Rosell en una reunión con Jorge Valdano, director deportivo del club esa temporada, y José Ángel Sánchez.

Ronaldo Nazario con el Real Madrid

La reunión concluyó de manera favorable para el Real Madrid, pues Ronaldo llegó al conjunto blanco, en el que permaneció hasta enero de 2007, siendo uno de los integrantes de 'Los Galácticos'. Curiosamente cuando Ronaldo abandonó Madrid lo hizo para volver a la ciudad de Milán, pero esta vez hacia el eterno rival del que fuera su equipo.

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