Gareth Bale fue elegido por Solari para salir del terreno de juego en primer lugar, dejando su sitio a Marco Asensio. El extremo galés fue despedido con pitos por parte de la afición del Santiago Bernabéu, que continúa sin posicionarse a favor de su jugador al cien por cien. Cara de pocos amigos y saludo a su míster, quien sí parece tener depositada su plena confianza en el futbolista.

Ya en el banquillo, el internacional por Gales se puso hielo en su pierna, síntoma de que podría haber acabado con molestias el partido ante el Valencia de la jornada 14 de La Liga. Bale se ha caracterizado desde que aterrizó en la casa blanca por haber sufrido varias importantes lesiones e incluso se llegó a hablar de él como un 'jugador de cristal'.

Esta temporada ha dado algún susto, pero tanto Julen Lopetegui como Santiago Solari han podido contar con él con regularidad para los partidos del Real Madrid en las distintas competiciones. No en vano, el galés es uno de los máximos goleadores y asistentes del conjunto merengue durante este inicio de curso de la 2018/2019.

En la rueda de prensa posterior al partido frente a los ches, Solari no habló sobre el estado del futbolista, por lo que se presume que habrán sido unas molestias típicas de un partido exigente. Habrá que esperar a las próximas horas para saber cómo se encuentra el jugador y es que sin grandes esperas, el siguiente partido del Real Madrid llega el jueves 6 de diciembre, la vuelta de los dieciseisavos de la Copa del Rey contra el Melilla, equipo al que se ganó en la ida por 0-4, por lo que se presume que los pesos pesados descansen en la competición copera.

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