El Real Madrid se desplazaba hasta Huesca para disputar una nueva jornada de La Liga. Todos los focos del mundo del fútbol estaban puestos en la capital, en el Santiago Bernabéu, donde horas más tarde de jugar contra el conjunto aragonés se disputaría la final de la Copa Libertadores. Sin embargo, la concentración del conjunto merengue estaba puesta en seguir sumando en el campeonato doméstico para no perder el tren. Un partido trampa. Condiciones climatológicas adversas, campo pequeño y bajas importantes como las de Casemiro, Kroos y Marcelo.
Solari volvió a apostar por jugadores como Marcos Llorente, Ceballos o Lucas Vázquez, en detrimento de otros que se lucieron ante el Melilla en la Copa del Rey como Marco Asensio o Isco. Pero el que resolvió la papeleta no fue ninguno de ellos, sino Gareth Bale. 'El Expreso de Cardiff' marcó de un bonito tanto de volea un gol que bien vale tres puntos. No tardó ni diez minutos el extremo en poner por delante a los suyos. Odriozola se internó en el área y puso un preciso dentro para que el '11' blanco batiese a Jovanovic. Un gol que significa además de tres puntos, el punto y final a una particular sequía.
Desde el pasado mes de septiembre, en la jornada 3 de La Liga, no veía puerta el galés. Bale empezó enchufado en el campeonato doméstico con tres goles en los primeros tres encuentros ante Getafe, Girona y Leganés. Pero la sequía en la liga española no se ha visto trasladada a otras competiciones, ya que en la Champions League, el futbolista de Cardiff ha sido una pieza clave para que el Real Madrid se haya hecho con el primer puesto de su grupo. De los cinco partidos por los blancos en la fase de grupos, el extremo ha disputado cuatro y ha visto puerta en tres de ellos.
Precisamente, el único duelo que no ha disputado Gareth Bale de la máxima competición continental fue el único en el que el equipo merengue no consiguió la victoria. Fue ante el CSKA, en la segunda jornada de la Champions. El Real Madrid acabó cayendo por la mínima en tierras rusas, mientras el jugador de Gales se quedaba fuera aquejado de unas molestias en los aductores. Este pequeño revés ha sido el único que ha sufrido el '11', ya que solo se ha perdido este encuentro por molestias o lesión en lo que va de temporada.
El fantasma de las lesiones
Bale ha venido sufriendo un auténtico infierno con las lesiones desde que fichó por el Real Madrid en el verano de 2013. Se ha llegado a calificar al 'Expreso' como un jugador de cristal, pero este curso parece haberse reconciliado con su físico y en el conjunto blanco tan solo han tenido que echar de menos al futbolista por este problema en esta ocasión ante el CSKA. No es el único partido en el que Gareth Bale no ha estado presente, ya que no jugó ni la ida ni la vuelta de los dieciseisavos de final de la Copa del Rey ante el Melilla y tampoco contra el Espanyol en Liga.
La temporada pasada, el internacionales galés se perdió hasta 14 partidos a lo largo de toda la campaña por lesión. Un total de 68 días estuvo al margen de sus compañeros. Aunque fue en la 2016/2017 cuando tuvo la peor de las suertes. 136 días de baja y 29 encuentros ausente por diferentes lesiones en cadera, tobillo, pantorrilla, además de un endurecimiento muscular por el que se perdió dos de esos partidos.
De Zidane a Solari
El futbolista merengue parece otro este curso. Las lesiones son una prueba de ello, pero también sus goles y asistencias. Gareth Bale pedía, tras erigirse como el héroe de La Decimotercera, en Kiev un rol más importante en el equipo. La salida de Cristiano Rolando le abrió las puertas para asumir ese puesto de primera espada, sabiendo que la sombra del delantero portugués es muy alargada. No en vano es el máximo goleador de la historia del Real Madrid.
Con Zinedine Zidane como entrenador del conjunto merengue, Bale no se había mostrado del todo tan certero. Culpa de ello eran los continuos periodos de baja que fue sufriendo el futbolista durante las campañas con el francés en el banquillo del Santiago Bernabéu. Aunque en el inicio de la 2016/2017, marcó siete goles por cinco asistencias, al final del curso tan solo había perforado la malla rival en nueve ocasiones por seis pases de gol. La pasada campaña, la 2017/2018, el jugador blanco había hecho tan solo tres dianas a estas alturas por otras tres asistencias.
Mientras que en el inicio de la 2018/2019 Gareth Bale sí que se mostró acertado, ha sido desde la llegada de Santiago Hernán Solari al primer equipo cuando el jugador ha comenzado a dar un paso adelante. Siete goles y cinco asistencias en 1.417 minutos disputados hasta la fecha, de ellos tres han sido con el argentino como míster, en poco más de un mes. El propio técnico rosarino le ha mandado muchos guiños desde que relevase en el cargo a Julen Lopetegui. Solari confía en Bale, titular en todos los partidos de Liga y Champions, y Bale quiere devolverle esta confianza con goles que ahora valgan puntos y finalmente títulos. Su mejor temporada está llamada a ser esta.
[Más información: Bale y Courtois salvan al Madrid del vendaval de Huesca]
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