El Real Madrid ya tiene en su poder el séptimo Mundial de Clubes de su historia y el tercero de manera consecutiva. Con este título, conseguido tras derrotar en la final al Al Ain, los blancos han cerrado un año en el que también han levantado su tercera Champions seguida, consiguiendo una hazaña histórica que ningún otro club ha sido capaz de alcanzar. No obstante, si hay un futbolista merengue que difícilmente va a olvidar este 2018, es sin lugar a dudas Luka Modric.
Después de haber vuelto a conquistar la cima europea en Kiev, todo empezó a salir a pedir de boca para el genio de los Balcanes. La próxima gran cita era el Mundial de Rusia, donde consiguió llevar a la selección de Croacia a la final del campeonato. Además de ejercer de auténtico líder como capitán, Modric era el jugador más destacado de cada encuentro de los suyos, hasta tal punto que fue nombrado Balón de Oro del torneo, una vez que la final llegó a su fin. Solo Francia impidió que dicha hazaña fuera perfecta.
Más adelante, el centrocampista croata volvió a ponerse el mono de trabajo del Real Madrid y, a su vez, empezaron a llegar las galas anuales que decretan a los mejores jugadores de cada temporada. En primer lugar, en los premios The Best de la FIFA, Modric era el encargado de recoger el testigo de Cristiano Ronaldo, siendo el luso el único que había conseguido dicho trofeo por partida doble.
Este esquema se iba a volver a repetir el pasado 3 de diciembre en la gala del Balón de Oro. El croata recibía era reconocido como el mejor jugador del mundo, poniendo fin a una hegemonía entre Cristiano y Messi que parecía interminable. Modric subió a lo más alto del Gran Palais de París para enseñar el premio y dar buena prueba de su emoción y de todo el camino que había tenido que recorrer para llegar a vivir ese momento tan especial.
La inconformidad de los medios
A raíz de este último galardón, se disparó el debate sobre si la coronación de Modric había sido justa o no. A su alrededor, sonaban nombres como Griezmann, Messi o el del propio Cristiano Ronaldo, de cada quien había gente que defendía sus respectivas opiniones. Lo cierto es que este sábado, Modric ha vuelto a demostrar que es un jugador de talla mundial, volviendo a ser decisivo en una final, ayudando al equipo con su recital habitual en el centro del campo y un gol.
Un año de ensueño
Por lo tanto, pese a que la especulación y la variedad de posturas siempre va a estar presente en los medios y en las redes sociales, Luka Modric puede presumir de haber vivido un 2018 perfecto. La Champions en Kiev solo fue la primera piedra a todo un camino de éxitos por recorrer, y finalmente, después de tantos años luchando a un gran nivel, puede decir alto y claro que ha visto cómo todos sus sueños se han hecho realidad.
[Más información: De la Champions al Mundial: las claves del reinado del Real Madrid en los últimos tres años]
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