El VAR se ha convertido en uno de los artistas invitados a la fiesta del fútbol en el Wanda Metropolitano. Antes del cuarto de hora de la segunda mitad del derbi madrileño, Álvaro Morata se quedó solo ante Thibaut Courtois. El belga, en una mala salida, fue batido por el delantero, quien picó el esférico lo justo para marcar su primer gol como atlético en su nueva casa. Sin embargo, el linier levantó el banderín y desde la sala del videoarbitraje confirmaron que el rojiblanco se encontraba en fuera de juego.
La jugada comenzaba con un pase largo de Giménez a la espalda de los centrales madridistas, el balón lo recibía Morata, quien no tuvo tiempo para celebrar el gol debido a la decisión del juez de línea, que marcaba el fuera de juego del futbolista madrileño.
El gol suponía el empate del Atlético de Madrid en un momento del partido en el que ambos clubes se mostraban cautos en el centro del campo. Sin embargo, una jugada aislada costó un gran susto a la defensa madridista, que no habían tenido un gran trabajo durante el encuentro.
El VAR se convierte en el protagonista del derbi
El VAR se mostró contundente en su decisión del fuera de juego de Morata. El árbitro y el vídeoarbitraje se han convertido en protagonistas obligatorios de este derbi plagado de polémica y tarjetas por el juego duro y la intensidad que proponen ambos equipos.
Y si la cara de la jugada fue el acierto del VAR en la jugada, la cruz ha sido la mala salida de Courtois, quien salió con todo hacia Morata pero sin conseguir detener al delantero madrileño que realizaba una definición perfecta, aunque no sirviese para que subiera al marcador.
Este gol también sirvió para responder a una de las preguntas que perseguían a Álvaro Morata desde su llegada al Atlético, la celebración o no del futbolista si marcaba gol al Real Madrid. El delantero celebró su gol, pero la alegría duró pocos segundos tras ver la bandera del linier hacia arriba.
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