Justo al borde del descanso, en el minuto 44, Karim Benzema disparó, pero el balón en su trayectoria se topó con el codo de De Ligt. El Real Madrid pidió que el colegiado del encuentro señalase el punto de los once metros, pero este no concedió nada, así como desde la sala del VAR. Acierto, ya que el defensa del Ajax de Ámsterdam tenía pegado el brazo al cuerpo.

Lo cierto es que el reclamo con esa insistencia ha sido fruto de la impotencia que los jugadores del Real Madrid estaban sintiendo por cómo se estaba desarrollando el partido. En los primeros 20 minutos, el Ajax conseguía ponerse 0-2 en el marcador y, posteriormente, Lucas Vázquez se rompía muscularmente. El gallego se vio obligado a abandonar el terreno de juego con lágrimas en el rostro y cubriéndose la cabeza con la camiseta, siendo Gareth Bale el hombre que entraba en su lugar.

Por si esto era poco, instantes después de la lesión de Lucas, Vinicius Júnior también iba a ser una baja más en la línea de ataque tras un inmenso esfuerzo en el que su remate se topó con el lateral de la red. El brasileño quedó tendido en el césped del Santiago Bernabéu con mucho dolor y con lágrimas en su rostro que reflejaban que se trataba de algo grave. Y es que al igual que Lucas, el '28' tampoco pudo continuar y dejaba su puesto a Marco Asensio.

45 minutos para el olvido

Todo ello, sumado a que el guión previsto del partido no salió en los compases iniciales del primer tiempo, los jugadores del Real Madrid quisieron sacar la máxima tajada posible de una de sus internadas al área del Ajax. El disparo de Benzema se topaba con el codo de De Ligt, pero al tenerlo pegado el cuerpo, tanto el árbitro como desde el VAR se decretó correctamente que la acción no era merecedora de la pena máxima, lo cual hacía que el desconcierto del Real Madrid aumentase, sin llegarse a creer lo que habían vivido en los primeros 45 minutos de juego.

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