La historia se volvió a repetir en Anfield. El Barcelona, que llegaba a la vuelta con una renta favorable de 3-0, revivió su pesadilla del Olímpico de Roma y se dejó remontar por un Liverpool muy superior al que ni las importantes bajas frenaron. El culé clamó tras el partido ante un nuevo ridículo de su equipo que, con este, ya son cuatro ediciones consecutivas quedando en evidencia en la mayor competición continental.
En Madrid la eliminación del Barcelona se vivió con alivio y con algunas mofas. El club catalán era, sin lugar a dudas, el gran favorito para alzar la 'Orejona' en el Metropolitano, después de que el Madrid cayera precipitadamente en octavos contra el sorprendente Ajax. Pero una vez más, el Barça se hizo pequeño en Europa; una imagen que contrasta enormemente con lo visto en el eterno rival los últimos años, a excepción de la presente edición.
En una temporada negra para el Madrid, el KO culé en Champions League es la mejor noticia que podía recibir el madridismo en la recta final del curso. Pero la historia merengue le obliga a pensar desde ya en la próxima edición y, sobre todo, a no repetir los mismos errores de este año. Más importante aún es aprender del ejemplo del Barcelona, que lleva cuatro años de desastre en desastre tras ganar el título en 2015. Para ello, el Madrid tiene un 'plan Champions'.
Zidane al timón de la nave
La mayor seguridad con la que cuenta el Madrid para la próxima temporada es la figura de Zidane en el banquillo. Con él se hizo historia y se ganaron las tres últimas Champions consecutivas. El técnico ya ha avisado que la prioridad el año que viene es lavar la imagen del equipo en La Liga tras lo visto los dos últimos años y quiere pelear por un título que siempre le hizo especial ilusión. Pero la Champions es la Champions y el Madrid, el rey de copas.
Ir a por La Liga no quiere decir tirar la Champions. En la temporada 2016/2017, Zidane demostró con su equipo que se puede pelear por todo. El plan es conformar un equipo con las mismas garantías que aquel y bajo la batuta de un Zidane que es innegable que tiene un aura especial en la máxima competición continental. Una diferencia radical respecto a la figura de Ernesto Valverde que queda más en entredicho que nunca.
Una actitud de Champions
Este año se ha visto lo que no hay que hacer en una eliminatoria. El Barcelona se confió en Anfield y el Madrid no creyó frente al Ajax. En la Champions no se puede permitir la mínima relajación y menos una del nivel del Barça en el cuarto gol del Liverpool. Es una competición que requiere poner toda la carne en el asador y el Madrid durante los últimos años demostró que no hay nada que le ponga más que escuchar el himno de la Champions.
Zidane debe recuperar aquel temido Madrid de Champions, que le hacía saltar con ventaja al campo en Europa sin importar el rival que tenía delante. Mientras que el Barça fue humillado por Atlético, Juventus, Roma y Liverpool en las últimas ediciones, el Madrid sumó noches históricas como la de Lisboa, en el Calderón, en Dortmund, contra la Juve y el Bayern en el Bernabéu o la remontada frente al Wolfsburgo. Ese es el Madrid que se quiere de vuelta.
El firmamento de estrellas del Madrid
Las estrellas le fallaron al Barcelona en Anfield y al Madrid contra el Ajax. Los culés se preguntan dónde estuvo Messi contra el Liverpool y en el Bernabéu se echó de menos la figura de Cristiano Ronaldo, capaz de cambiar él solo una eliminatoria. Por ello, el Madrid se echará al mercado este verano para renovar su plantilla y dar un impulso que le permita soñar en Europa.
Los elegidos son tres: Hazard, Pogba y Jovic. Tres caras nuevas que no han ganado una Champions en toda su carrera y llegarían al Madrid para cumplir su sueño. Un alud de ambición en un vestuario que ya lo ha ganado todo y que acusó esta temporada una relajación que le llevó a la debacle. Cristiano es pasado del Madrid, pero en el club confían en su nuevo firmamento de astros que llegarán a por todas.
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