En poco menos de una semana el nuevo Real Madrid echará a andar en Valdebebas. El día 8 de julio los blancos inician la concentración de pretemporada previa a los stages en tierras norteamericanas. Un momento que Zidane llevaba meses esperando con ilusión.
La temporada pasada no estaba en los planes del Real Madrid. El equipo blanco vivió una etapa de transición tras varios años de éxitos y, aunque fue dura, la caída de los cielos a los infiernos ha servido como aviso para mantenerse de forma constante en estado de alerta y que el éxito no opaque todo.
Desde el tramo final de Liga el Real Madrid ha estado planificando el curso 2019/2020. Los últimos partidos sirvieron a los blancos como banco de pruebas para testar al equipo antes de acometer una profunda renovación. Algo que se ejemplificó con el particular casting de Zidane, el cual dejo claros ganadores (Valverde, Brahim) y perdedores (Llorente, Bale).
Para el liderazgo del nuevo proyecto Florentino Pérez apostó por el regreso de Zidane, un fichaje que se certificó el pasado mes de marzo y que devolvió la ilusión al madridismo. Este golpe de efecto se respaldaba en la convicción presidencial de que se necesitaba a un técnico con aura ganadora, que conociera la casa y tuviera carisma en el grupo. Condiciones que Zidane reunía en un todo en uno especial.
Zidane, la cara visible de la revolución
Los objetivos de Zidane en el Real Madrid eran claros: el Madrid debía retornar a la senda del triunfo en la que estuvo inmerso en los últimos años. El técnico tenía por delante un reto mayúsculo ante un grupo roto de jugadores, sin alegría ni ilusión por el proyecto. La recuperación de la ambición hacia la consecución de títulos era una de las claves para renovar el proyecto, algo que ahora estaría bien encaminado.
La hoja de ruta de Zidane en Concha Espina se está cumpliendo. Hasta la fecha el Real Madrid ha cumplido las peticiones de su entrenador en materia de fichajes, solo a falta de Pogba por el que se está trabajando a destajo. Los blancos han traído un goleador -Jovic-, un sustituto de Marcelo -Mendy- y a Eden Hazard; además de un defensa polivalente -Militao- y otra joven promesa en ataque -Rodrygo-. De hecho, el club se movió rápido por Hazard para tranquilizar a Zidane en materia de fichajes galácticos.
Ahora, con la parcela de incorporaciones casi cerrada en su totalidad, Zidane deberá comenzar a responder con resultados en la pretemporada. Y es que por si fuera poco, el técnico galo también ha tenido poder de decisión en la organización de los stages estival.
Zidane decidió que el equipo volviera a realizar la pretemporada veraniega en Montreal (Cánada) y Estados Unidos, el mismo lugar donde inició su exitoso camino de la temporada 2016/2017, la última que terminó con un doblete para el Real Madrid (Liga y Champions). Otra muestra más de que las condiciones que puso Zidane para volver a Concha Espina se están cumpliendo. En la mano del francés estará agradecer la confianza de la cúpula merengue con éxitos deportivos.
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