En pocas semanas el nuevo proyecto del Real Madrid echará a andar de forma oficial. Hasta ahora los blancos no han tenido ninguna prueba de nivel que mida el rendimiento real del equipo, ya que la plantilla aún está realizando la habitual puesta a punto de la pretemporada. Una fase de preparación que el conjunto merengue deberá preparar a conciencia, porque el éxito del proyecto dependerá en buena parte de ello.
El próximo 21 de julio el Real Madrid ya estará en Estados Unidos, concretamente en Washington, para enfrentarse al Bayern de Múnich. El encuentro contra los bávaros servirá a Zidane y al cuerpo técnico para aclarar dudas respecto a la configuración del equipo del próximo curso. Y es que el técnico francés aún tiene que tomar decisiones importantes en materia de planificación.
Aunque Zidane tuviera que abandonar ayer la concentración del Real Madrid por motivos personales, la hoja de ruta del conjunto blanco no cambiará de cara a los próximos días. La única novedad que tendrá la dinámica madridista, respecto a lo planificado anteriormente, es que Bettoni se hará cargo del equipo. El segundo de Zidane dirigirá las sesiones de los blancos y ejercerá como principal líder del plantel. Un puesto de gran responsabilidad en el que estará muy apoyado por Dupont, responsable de la preparación física de los jugadores del primer equipo.
El gran objetivo del cuerpo técnico es conseguir optimizar al máximo el rendimiento del equipo, algo para lo que necesitan identificar los puntos fuertes de la plantilla, para así conseguir crear un equipo ganador que devuelva al Real Madrid a la dinámica de éxitos en la que estuvo inmerso durante la anterior etapa de Zidane.
Muchos cambios en la plantilla
Los blancos tienen muchas novedades en la plantilla de cara a la próxima temporada. Algo que dificulta notablemente la configuración del nuevo plantel. En el club se está llevando a cabo una operación salida muy agitada, que ya se ha cobrado las bajas de Llorente (Atlético de Madrid), Kovacic (Chelsea), De Tomás (Benfica), Theo (Milan), Odegaard (Real Sociedad), Reguilón (Sevilla) y Luca Zidane (Racing); todo ello a la espera el futuro de Bale, Lucas Vázquez, Isco, Keylor, James o Ceballos, que también se encuentran en la rampa de salida.
Mientras tanto, el Real Madrid ha traído al Santiago Bernabéu savia nueva para el nuevo proyecto. Rodrygo, Militao, Mendy, Hazard y Jovic aterrizan en la capital para apuntalar todas las líneas de la plantilla madridista. Nuevas opciones que agrandan aún más el abanico de posibilidades que tendrá Zidane en su nueva etapa en el banquillo blanco.
De las decisiones que tomen Zidane y su cuerpo técnico en los onces titulares dependerá, en buena parte, el éxito o el fracaso del nuevo Real Madrid. El equipo necesita una alineación de gala para las grandes citas y el técnico francés tendrá complicado elegir entre tantas opciones. Una tarea importante que se une a la casi obligatoria condición de necesidad de mantener a todos los jugadores enganchados a la dinámica sin perder fuelle.
El Real Madrid de la próxima temporada debe mezclar la encajar la dosis perfecta de juventud y veteranía para conseguir armar un buen equipo y que ningún jugador quede descolgado. Una tarea en la que Zidane ya tiene experiencia contrastada, ya que su conocida como 'unidad B' de la temporada 2016/2017 es una de las cosas de éxito que más se le recuerdan de su anterior etapa en Chamartín.
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