Esta noche Real Madrid y Bayern Múnich medirá fuerzas en la International Champions Cup. Los de Zidane llegan al partido con el nerviosismo propio de un debut de temporada tras dos meses alejados de la competición. Una prueba de entidad que el conjunto blanco tendrá que superar para empezar el flamante nuevo proyecto de Florentino Pérez como buen pié.
Zidane lleva dos semanas poniendo a punto a la plantilla y preparando el que será el debut, casi oficial, de su segunda etapa en el banquillo del Real Madrid. El técnico galo no se ve favorito, y prueba de ello es su pensamiento de que a su equipo le va a costar llevarse el partido, ya que aún no tienen el tono físico adecuado. Algo normal a estas alturas de pretemporada para muchos equipos.
La de esta madrugada (2:00 hora española) será una prueba de altos vuelos para la plantilla madridista. Los jugadores se medirán ante un equipo que posiblemente pugnará con ellos por el trono mundial en Champions la próxima temporada. Sin embargo, aunque el Real Madrid no esté rodado aún, el proyecto del Bayern es una incógnita absoluta, ya que también viven un aparatoso proceso de renovación en la plantilla.
Los de Niko Kovac iniciaron la concentración y los entrenamientos de preparación el pasado 8 de julio, al igual que el Real Madrid. El día 15 pusieron rumbo a Estados Unidos para iniciar el stage norteamericano y tan solo tres días después jugaron su primer partido ante el Arsenal. Un encuentro que saldaron con derrota, pero con el que sacan ventaja preparatoria a los de Zidane.
El Real Madrid deberá saber explotar las debilidades de un Bayern transformado que necesita encontrar aún el camino que guiará su nuevo proyecto. Algo parecido a lo que vive el conjunto blanco este verano, pero sin contar con una plantilla tan experimentada como la madridista. Por ello, Zidane tiene que identificar las grietas del cuadro bávaro para iniciara la ronda de amistosos con una victoria y otorgar confianza a sus jugadores.
Proyecto recién nacido
El Bayern llevaba varios años dando sintomas de desgaste en el seno de su plantilla. El equipo alemán cada vez estaba más mermado por el envejecimiento de sus estrellas como Robben y Ribery. Ambos extremos han dejado el conjunto bávaro esta temporada, el primero de ellos ya retirado por completo del fútbol profesional, y han mermado el potencial ofensivo de Kovac.
Ahora el Bayern se encuentra en un proceso de forja para crear nuevas estrellas como Goretzka, Renato Sanches, Gnabry, Pavard, Sule o Coman. Jugadores de gran proyección de futuro que aún no han dado el paso para liderar a un transatlántico como el del Allianz Arena.
Exceso de juventud y veteranía
Una de las grandes virtudes del Real Madrid es la gran experiencia que sus jugadores tienen en Europa, en situaciones límite del fútbol de máximo nivel, algo de lo que carece el Bayern. Salvo Thiago (28 años), Müller (29), Neuer (33), Lewandowski (30), Javi Martínez (30) y Boateng (30), el resto de jugadores no tienen tablas en un equipo de la magnitud del Bayern; lo que se complica teniendo en cuenta que muchos de estos jugadores están con un rendimiento que cayó en picado la pasada campaña.
La media de edad del Bayern es de 25,4 años. En la delantera hay jugadores todavía poco contrastados como Arp (19 años) y Davies (18), y otros que no han dado un paso al frente como Coman (23) o Gnabry (24). Quizás la zona del campo más estable sea la defensa, ya que es la única parcela que tiene una estrella joven de primer nivel como Lucas Hernández (23 años).
Descenso de nivel individual
El Bayern ha vivido salidas duras en los últimos dos años. Bajas que han bajado el nivel de la plantilla con jugadores como Robben (retirado), Ribery (libre), Hummels (Borussia), Vidal (Barça) o Douglas Costa (Juventus). Algo que unido al envejecimiento de sus estrellas, ha mermado el rendimiento del conjunto bávaro en Europa.
La base de jóvenes jugadores que tiene el club es buena, siempre y cuando el proyecto sea a medio y largo plazo. Y es que a corto plazo el equipo puede desvanecerse. Algo que el Real Madrid debe aprovechar en el enfrentamiento de esta madrugada, sobre todo porque Kovac aún no ha podido asentar su proyecto en apenas dos semanas.
Banquillo con poca experiencia
Por si fuera poco, la falta de experiencia en el Bayern no se limita a un posible once titular. El banquillo del cuadro alemán no destaca por un fondo de armario veterano y con cierto bagaje, ni tampoco con un técnico contrastado. Y es que Niko Kovac aún no ha dado el salto definitivo que le erija como uno de los mejores técnicos del mundo
Kovac aterrizó en el Bayern en el verano de 2018 después de una gran trayectoria en el Eintracht de Frankfurt, equipo al que dirigió en 91 partidos y con el que ganó una Copa precisamente ante los de Múnich. El técnico berlinés todavía se está adaptando a la élite y la temporada pasada vivió un año complicado en Europa, lo que deja entrever que necesita seguir haciéndose a la élite.
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