El Real Madrid este sábado al Santiago Bernabéu para medirse al Granada en una nueva jornada de Liga. Lo hace solo cuatro días de haber empatado in extremis contra el Brujas en la segunda jornada de la fase de grupos de la Champions League. La afición merengue le exige más a su en equipo, que en casa está mostrando una debilidad que arrastra desde el curso pasado. Bien es sabido que el coliseo blanca es siempre exigente y la presión parece pasarle factura al Madrid.
Los partidos como local se ha convertido en un suplicio para algunos de los jugadores del Real Madrid. El desgaste de la pasada temporada sigue pasando factura y varios futbolistas no llevan bien la presión a la que se enfrentan cada vez que pisan el Santiago Bernabéu. Se les mira con lupa y lo saben, siempre ha sido así, pero en uno de los momentos más bajos del equipo blanco de los últimos años no están siendo capaces de sobreponerse.
Los datos en casa
Los datos son los datos. El Real Madrid está cerca de cumplir un año sin ganar en Champions en casa y suma tres partidos seguidos (CSKA, Ajax y Brujas) sin dar una alegría a su público en competición europea. El curso pasado, en Liga, el Madrid ganó solo cinco partidos más en casa respecto a los encuentros como visitante: 13 victorias, 1 empate y 5 derrotas. Un balance muy pobre para un grande del fútbol español, que está obligado a hacer de su campo una fortaleza. Hay que sumar la dolorosa derrota ante el Barça en la vuelta de semis de la Copa del Rey (0-3) que le dejó fuera de la competición.
Esta temporada, los números no está siendo mejores. De nueve partidos oficiales que el Madrid ha jugado, cuatro de ellos han sido en el Bernabéu y el balance es de dos victorias y dos empates (ante Valladolid y Brujas). Calca los datos como visitante, salvo porque se ha jugado un partido más, el del PSG, que se perdió. Las sensaciones, además, apoyan los datos y es que los mejores partidos del Madrid hasta ahora se han visto lejos de casa: Balaídos, Sánchez Pizjuán y Wanda Metropolitano.
La presión en los jugadores
Lo peor es que se ve a jugadores del Madrid que les afecta mentalmente jugar en el Bernabéu. Dan un bajón de nivel y de concentración. Quizás por temor a fallar. Son los Courtois, Varane, Nacho, Lucas o un Vinicius que rompía a llorar tras romper su sequía goleadora contra Osasuna. La exigencia es total y el Bernabéu puede ser solemne, pero también recompensa. Vinicius se llevó una ovación aquel día que nunca olvidará. Sus lágrimas emocionaron y logró conectar con los casi 60.000 espectadores ese día presentes.
Zidane debe encontrar la fórmula para volver a enganchar a su equipo en el Santiago Bernabéu. Que salgan conectados al partido y no se salgan de él ni cuando el público se ponga en su contra. Zidane sabe como nadie lo que es sufrir la presión del coliseo blanco, pero también lo que es salir de ella. En el equipo lo saben bien otros como Benzema, quien ahora es uno de los más queridos entre la afición. El factor mental es crucial en el Madrid de Zidane y para reengancharse hay que volver a estar en sintonía con su estadio.
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