El Real Madrid continúa sumido en una crisis de inestabilidad deportiva. Los primeros meses de competición están siendo complicados, con partidos en los que el conjunto blanco se muestra muy dubitativo y constantes luces y sombras. Una situación que Zidane necesita revertir lo antes posible, ya que todavía los problemas tienen solución en Chamartín.
Los blancos regresaron del parón de selecciones después de sabores agridulces durante el primer tramo de campaña. Victorias, derrotas y empates que dejaban sensaciones contradictorias. Sin embargo, antes de la última ventana FIFA, el Real Madrid dejó destellos de calidad y buen fútbol contra el Granada, a pesar de los dos goles encajados.
En esta dinámica afrontaba el cuadro merengue la vuelta a la competición. Visita a Son Moix y el objetivo de conseguir mantener el liderato tras la victoria del Barça en Ipurua (3-0). Sin embargo, los blancos cayeron ante el Mallorca (1-0) y los fantasmas volvieron a pulular en Concha Espina.
Una derrota inesperada que ha creado dudas en torno al equipo. Algo delicado teniendo en cuenta que la primera vuelta entra ahora en su ecuador. Y es que la próxima semana el Real Madrid se juega mucho en Champions contra el Galatasaray, sin poder permitirse otro pinchazo.
Las alertas han saltado en Valdebebas y Zidane tiene cuatro retos por delante para cambiar la tendencia del equipo y cosechar buenos resultados, aunque tendrá que remar con tesón para conseguirlo.
Más intensidad
Quizás se trate del concepto más repetido por Zidane desde que aterrizó en el banquillo del Real Madrid: intensidad, intensidad, intensidad. Las ruedas de prensa del técnico francés están acaparadas por esta replica, aunque sobre el terreno de juego es algo de lo que los jugadores carecieron en Son Moix.
Los blancos no estuvieron conectados al partido, salvo algunos minutos aislados. Esto se apreció sobre todo en el inicio del choque, donde salió a flote la falta de hambre. Todo lo contrario a lo que mostró el Mallorca, que presionó desde el primer minuto a los madridistas.
La sangría de bajas
Las bajas están siendo uno de los mayores quebraderos de cabeza para el Real Madrid. Los traslados a la enfermería no cesan y el rendimiento del equipo se está viendo muy afectado. Esta jornada Zidane no contaba con jugadores de la talla de Toni Kroos, Luka Modric y Gareth Bale, además de otros como Lucas Vázquez, por lesión. Algo que lastró al conjunto merengue.
Aunque no depende en buena parte de él, el técnico francés necesita optimizar al máximo la preparación, dosificación y recuperación de la plantilla para cortar la hemorragia de bajas que están sufriendo.
Contundencia en ataque
Aunque el Real Madrid cuenta con un arsenal variado en su parcela ofensiva, los goles no terminan de llegar. En Son Moix no se crearon muchas ocasiones y el peligro llego, casi en su totalidad, a balón parado.
Esta situación obliga a Zidane a dar un vuelco a al situación. El equipo necesita crear más ocasiones y ser más contundente en ataque. Todo ello con el objetivo de imponerse en los partidos desde la delantera, aprovechando la gran cantidad de atacantes y jugadores ofensivos con los que cuenta el plantel.
Estabilidad defensiva
Desde que arrancó la temporada, los problemas defensivos han estado en la hoja de ruta de trabajo de Zidane. El equipo encaja muchos goles y concede muchas ocasiones a los rivales, algo que dificulta poder tener el control de los partidos y asegurar resultados con cierta facilidad.
El Real Madrid precisa de nuevos mecanismos atrás para monopolizar el balón, evitar perdidas innecesarias y tener las líneas más juntas. Cambios con los que evitar que la fragilidad defensiva esté a la orden del día.
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