El Real Madrid tiene su primer 'match-ball' de la temporada este martes en el estadio Ali Sami Yen de Estambul. Un partido casi a todo o nada contra el Galatasaray en fase de grupos y que llega muy pronto, mucho antes de lo que desearía todo madridista. Lo más importante es que el conjunto blanco se juega gran parte de sus opciones de estar en los octavos de final de la Champions League, pero también se puede decidir el futuro de Zinedine Zidane.
Desde el Madrid se quiere llamar a la calma, aunque el margen de maniobra del equipo es cada vez más estrecho. Se confió en Zidane el curso pasado la misión de reconducir al equipo y perder en Turquía sería un duro varapalo que golpearía de lleno en la figura del técnico francés. Cuestionado, todo lo que no sea una victoria ante el Galatasaray le dejaría sobre la cuerda floja. Zidane se la juega, pero también son sus jugadores los que deben dar un paso adelante.
En el vestuario todos están con Zidane. La sintonía de los jugadores es total con su entrenador y no se quieren imaginar un plano a corto plazo en el que no esté el francés sentado en el banquillo. Un equipo que ha sido confeccionado por Zidane durante el pasado verano y que ahora debe responder a su confianza.
Un equipo confeccionado por Zidane
Si cae Zidane, también cae la plantilla por su propio peso. El equipo actual es el que quería el galo, salvo por la no llegada de Paul Pogba, cuyo fichaje fue imposible por la postura inflexible del Manchester United. Zidane decidió mantener parte importante del núcleo ganador de su anterior etapa y al que ahora le está costando tanto reaccionar. El equipo es más mayor y tiene problemas para sorprender a los rivales.
La plantilla, como Zidane, está en entredicho y sobre todo los más veteranos. Justo los jugadores que más vínculo tienen con el técnico francés por su relación que ya se alarga por casi cuatro años, cuando Zidane cogiera los mandos del equipo sustituyendo a Rafa Benítez. En el vestuario no quieren que el francés corra la misma suerte que el técnico madrileño en aquel entonces o que Julen Lopetegui la pasada temporada. Para ellos Zidane es intocable, pero que siga también es responsabilidad suya.
La defensa de Sergio Ramos
Sergio Ramos, capitán y portavoz del vestuario, salió este lunes a rueda de prensa y defendió públicamente a su entrenador frente a los rumores: "Creo que todo el mundo sabe que el vestuario está a muerte con Zidane", decía ante los medios en la sala de prensa del estadio turco. "Si se dice que Zidane va a seguir hasta final de temporada, no habría especulaciones", añadía en una especie de mensaje al club.
Pero tanto Ramos como el resto de sus compañeros saben cómo funciona el Real Madrid. Si no hay resultados se acaban las excusas. La estima que se tiene por Zidane dentro del club es alta, pero nadie es indiscutible en un club con la exigencia del Madrid. Se necesitan resultados para devolver la tranquilidad en torno a la figura de Zidane y esos resultados empiezan por volver con los tres puntos de Turquía.
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