James Rodríguez no contó para Zinedine Zidane en el partido crucial del Real Madrid ante el Galatasaray. Bueno, sí lo hizo. Su participación en Estambul se limitó a los últimos once minutos tras entrar en sustitución de Fede Valverde. Un cambio que notó para mal el equipo, no por la entrada del colombiano, sino por la salida del uruguayo. Una tónica que se viene repitiendo en los últimos partidos, en los que la figura de Valverde ha ido cobrando importancia.
Zidane prefirió alinear a Valverde en Turquía y también a Rodrygo Goes. James tenía opciones, al menos en las apuestas, de ser el jugador que completara el tridente de ataque junto a Benzema y Hazard. El brasileño debutaba en la Champions League partiendo como titular, por delante de James y otros de sus compañeros como Vinicius o Brahim. Su actuación dio la razón a Zidane.
Bien es cierto que James jugó los 90 minutos en Mallorca. Un preludio quizás de que Zidane ya pensaba entonces que el jugador cafetero no tuviera un rol principal ante el Galatasaray. En San Moix el Madrid salió con su plan B y en él estaba James, quien pasó desapercibido entre el desastre blanco en Mallorca, cayendo derrotado 1-0. Hasta el pasado sábado, James enganchaba cuatro partidos seguidos sin ser titular.
Su drástica pérdida de minutos
Osasuna, Atlético de Madrid y Granada. Tres jornadas consecutivas saliendo desde el banquillo y sumando apenas 28 minutos en total con sus apariciones. Entre medias del derbi y el partido ante el Granada se quedó sin convocar de cara al choque de Champions contra el Brujas. Unos datos que chocan de lleno con el papel que había tenido James en el comienzo de temporada con Zidane.
De defenestrado a sorpresa y ahora de vuelta al banquillo. James ha vuelto casi al punto de inicio, aunque la percepción de Zidane cambiara en verano sobre un jugador al que no quería en su plantilla. James sí, pero no como titular. Empezó siéndolo en tres de las cinco primeras jornadas de Liga y en el estreno de Champions contra el PSG. Su entrega fue máxima, pero el plan no terminó de convencer a Zidane. Faltaba equilibrio y James no terminó de ser decisivo.
Al final de la cola
Aquello y la explosión de Fede Valverde le han relegado al banquillo. El uruguayo es el gran responsable de la pérdida de protagonismo de James. Zidane está encantado con el joven centrocampista, que ha dado mayor estabilidad a la medular. Su despliegue, tanto defensivo como ofensivo, le ha puesto por delante de James e, incluso, de Modric, el otro gran perjudicado. Zidane tampoco ve como extremo y se ha decantado por otras alternativas cuando no ha estado Bale, como Rodrygo, Vinicius o Lucas Vázquez.
James juega casi la mitad de minutos que a comienzo de temporada. Deberá luchar partiendo desde el penúltimo escalafón. Por detrás, en el centro del campo, solo tiene a Isco Alarcón. El malagueño, ya recuperado de su lesión, está en una situación peor incluso que la de su compañero. En sus apariciones no ha dado signos de una mejoría respecto a lo visto el curso pasado.
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