Uno de los mayores quebraderos de cabeza de Zidane desde que aterrizó en el Real Madrid era la fragilidad defensiva. El técnico quería conseguir un equipo sólido desde la base para poder cimentar su nuevo proyecto. Sin embargo, desde pretemporada los blancos concedían muchas ocasiones durante los partidos y esto se traducía en partidos de ida y vuelta con marcadores abultados.
Ya fueran derrotas, victorias o empates, el equipo solía recibir goles en contra. Esta situación complicaba el control de los partidos y, en muchas ocasiones, se escapaban puntos. Se pudo ver contra el Granada en el Santiago Bernabéu. Un partido en el que el Real Madrid ganaba 3-0 y que terminó con un asfixiante e inesperado 3-2 en el marcador. Los blancos consiguieron la victoria, pero no ataron el encuentro.
Los partidos de ida y vuelta a los que acostumbrada el Real Madrid, y que terminaban con goles a favor para los equipos rivales, han cambiado drasticamente. Tras el parón de selecciones y la derrota en Son Moix contra el Mallorca el equipo se ha vuelto más sólido atrás, concediendo menos opciones de peligro.
El muro belga
Esto ha sido sofocado por el trabajo defensivo de los jugadores, pero hay piezas claves que han contribuido más a ello. Ejemplo de ello es Thibaut Courtois. El belga ha estado cuestionado mucho tiempo en Concha Espina, con irregulares actuaciones que le alejaban del sobresaliente nivel que mostró en el Mundial de Rusia 2018.
El ex del Chelsea necesitaba urgentemente ganar confianza y encadenar actuaciones estables, algo que finalmente ha conseguido. Tras la ventana FIFA de mediados de octubre en la que se concentró con Bélgica en los partidos clasificatorios para la Eurocopa 2020, ha vuelto a Valdebebas con otro semblante. El guardameta tiene seguridad y se muestra más cómodo bajo palos. De hecho, ha firmado actuaciones de mérito que han salvado al equipo, como la del trascendental partido contra el Galatasaray en casa.
Ramos y la recuperación de efectivos
Esto se une al liderazgo defensivo ejercido por jugadores como Sergio Ramos. El capitán del Real Madrid ejerce como elemento estabilizador del vestuario para que la plantilla camine en una misma dirección. Además, su figura es clave para que la defensa del conjunto blanco funcione como un reloj suizo.
Por si fuera poco, la plaga de lesiones que mermó al equipo se ha sofocado. Zidane ha visto como jugadores importantes como Marcelo se han recuperado, uniéndose así a la dinámica de competición del equipo. El brasileño ha recuperado buena parte de su mejor nivel ofensivo y va en la buena dirección para alcanzar su estado óptimo de forma y juego.
Mendy es otra figura clave en la rotación de la zaga madridista que también se ha reincorporado al equipo en las últimas semanas después de haber pasado en la enfermería. Su figura es clave para complementarse con el brasileño de cara a encontrar el equilibrio perfecto entre defensa y ataque.
Todo esto ha contribuido a que el Real Madrid haya dejado la portería a cero en los últimos tres partidos. Galatasaray, Leganés y Betis no han podido perforar la red de la meta madridista en Liga y Champions, algo que aporta seguridad al equipo para enganchar una dinámica positiva en la que aún no conocen la derrota tras el inestable inicio de temporada hasta la crisis en Son Moix.
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