El Real Madrid pasa por su mejor momento de la temporada. Zinedine Zidane ha parecido encontrar la clave de su equipo y su apuesta por un once de gala tras sus once pruebas anteriores ha funcionado. El técnico francés ha dado con la tecla y ha configurado un equipo equilibrado, capaz de solventar las dudas que rodeaban al club y de ilusionar de nuevo a su afición a golpe de goles y resultados.
La del Galatasaray en el Santiago Bernabéu ha sido la goleada que faltaba al Madrid para confirmar que este equipo va en serio. Courtois; Carvajal, Varane, Ramos, Marcelo; Valverde, Casemiro, Kroos; Rodrygo, Benzema y Hazard. El madridismo ya puede empezar a recitar esta formación porque todo apunta a que se verá de forma recurrente durante toda la temporada.
Los resultados dan la razón a Zidane. Ha repetido el mismo once en tres de los últimos cuatro partidos y su balance es demoledor: pleno de victorias (dos veces al Galatasaray y ante el Leganés), 12 goles a favor (una media de cuatro por partido) y ninguno en contra. Unos datos que asustan a los rivales y que vuelve a dejar en buen lugar la mano del entrenador blanco a la hora de tomar decisiones, más o menos arriesgadas.
Valverde y Rodrygo se asientan
En esta ocasión las decisiones que han dado un vuelco al rumbo del equipo han sido sus apuestas por Fede Valverde y Rodrygo. La del uruguayo ha sido la de más de peso que ha tomado Zidane, ya que ha supuesto el relego de Luka Modric a la suplencia. A los 34 años del croata, este era un proceso natural que debía suceder más pronto que tarde y que le ha correspondido a Fede, pese a tratarse de un perfil muy diferente. El 'Pajarito' aporta el equilibrio que le faltaba al Madrid en los primeros compases del curso y ante el Galatasaray demostró que hasta puede actuar de Casemiro.
Lo de Rodrygo ha acabado siendo algo natural. Ha ganado la batalla a un Bale sucumbido ante otra lesión, pero también a Lucas Vázquez, a Vinicius, a Isco, a James, a Jovic... Ha traído el gol y junto a Benzema se ha convertido en el principal peligro blanco de cara a puerta. Instalado en el once, con su actuación ante el Galatasaray parece difícil que pueda llegar alguien que le mueva del once.
Las rotaciones seguirán como se vio ante el Betis. En aquel partido descansaron Marcelo y Valverde y Zidane dio entrada a Mendy y Modric. La baja de Marcelo por unos problemas musculares le harán perderse el partido del Eibar este sábado, lo que impedirá ver por cuarta vez al once de gala.
PSG y Barça, en el horizonte
Pero el calendario del Real Madrid tiene dos fechas marcadas en rojo. El próximo 26 de noviembre recibirá al PSG en el Santiago Bernabéu y Neymar y Mbappé serán las principales amenazas. El plato gordo llegará el 18 de diciembre con El Clásico que se jugará en el Camp Nou. Dos partidos para lo que, si las lesiones y las sanciones lo permiten, Zidane ya va teniendo claro los once que elegirá para salir de inicio. Hasta entonces, el nuevo once de gala blanco sigue carburando.