Take Kubo abrió su saco de goles en Primera tras diez partidos en la élite del fútbol español. El talento japonés, que esta temporada juega cedido en el Mallorca por el Real Madrid, se estrenó este domingo con un golazo al Villarreal en un partido en el que también dio una asistencia. Fue su mejor actuación desde que aterrizó (o volvió tras pasar por La Masía) en España y le quitó un gran peso de encima.
"A veces siento mucha presión, este gol me da la vida", decía tras el partido en San Moix. Y es que las expectativas en torno a Kubo están puestas muy altas tras fichar por el Real Madrid el pasado verano y ser la gran revelación de la pretemporada blanca. Pero Zidane, que no tenía sitio para él en el primer equipo, y el club decidieron que lo mejor era que saliera cedido a un Primera tras comprobar que el Castilla se le quedaba demasiado pequeño.
Viendo la explosión de Rodrygo, la pregunta es si Kubo hubiera protagonizado una irrupción similar de haberse quedado en el Real Madrid. Porque han empezado a surgir dudas de si su cesión al Mallorca ha sido lo acertado porque hasta ahora no ha tenido demasiado protagonismo. Es suplente habitual y solo lleva cinco titularidades en el club bermellón, pero este gol puede cambiar su suerte.
Kubo, que hasta ahora promedia algo más de 50 minutos por partido cuando juega, se tenía que soltar. Ya había dejado varios destellos en Mallorca, forzó un penalti y dio una asistencia en sus primeras apariciones, pero se había ido apagando pasando más desapercibido en las últimas semanas. Nadie duda de su talento en la isla, pero necesitaba jugar más.
Caminos casi paralelos con Rodrygo
Take, como prefiere que le llamen, espera que su rol sea diferente a partir de ahora. Su gol ante el Villarreal puede servirle como punto de inflexión, al igual que le sirvió a Rodrygo su gol ante Osasuna con el Madrid cuando salió desde el banquillo. Es inevitable comparar los caminos de ambos salvando la gran diferencia de que uno está cedido en el Mallorca, recién ascendido a Primera, y otro en el Madrid. Ambos nacieron en 2001 y se están desempeñando en la banda derecha durante esta temporada. Uno, el japonés, espera pasar del banquillo a la titularidad con su recital y el otro, el brasileño, dio el salto del Castilla a la titularidad en el primer equipo.
El Madrid se propuso que Kubo, quien ya conocía el fútbol español de su tiempo en el Barcelona, cogiera rodaje en Primera y le dieron alas para volar y probarse en Mallorca durante un año. A Rodrygo, que llegó directo del fútbol de su país, se le quería vigilar de cerca y cuidar sus primeros pasos con sumo mimo en el Castilla, pero ha acabado derribando la puerta en tiempo récord.
Brahim, Lunin... y Odegaard
El objetivo que se propuso el Madrid con Kubo es que cogiera minutos y experiencia en la élite del fútbol español. Necesita de oportunidades que quizás no tendría de blanco ante la dura competencia (como ocurre con Brahim) y no se quería tomar el riesgo de que se pasara un año de ostracismo en el cuadro merengue. Lo mismo con Lunin, aunque el caso del portero ucraniano sí que ha resultado siendo un fracaso ante la nula oportunidad que le ha brindado Sergio González bajo palos.
Kubo tiene otro espejo donde mirarse y en un caso que guarda muchos parecidos con el suyo: Martin Odegaard. El noruego es la gran sorpresa de la temporada en la Liga y, aunque tenga acordados dos años de cesión en la Real Sociedad, ya se habla de su vuelta al Real Madrid el próximo verano.