La victoria del Real Madrid en Ipurua reflejó la tendencia ascendente que lleva protagonizando Eden Hazard durante las últimas semanas. El belga jugó el que hasta ahora ha sido su mejor partido desde que fichara por el club blanco el pasado verano. 16 apariciones después se vio al verdadero Hazard, el que tanto esperaban en Chamartín y el que confiaba Zinedine Zidane que acabaría apareciendo más pronto que tarde.
Fue su primera noche mágica con el Real Madrid. Hazard no marcó, pero del resto lo hizo todo. Provocó un penalti que convirtió Sergio Ramos y volvió loco a De Blasis por su banda. Se iba de sus rivales tanto en espacios largos como cortos siendo un disfrute para el aficionado verle sobre el césped de Ipurua. Su actuación la remató con una carrera por la banda izquierda en la que se deshizo de dos rivales para acabar centrando de rabona desde la línea de fondo. La foto es para enmarcarla.
Por fin se vio que si Hazard está bien, este Madrid está a otro nivel. Porque este es su Madrid y para eso se le fichó. Del belga se esperaba esto, que con su fútbol elevara al equipo a otra dimensión y fuera diferencial. Ante el Eibar lo fue aunque le faltara el gol, su cuenta pendiente ya que hasta ahora solo lleva un tanto de blanco. Por fin se vio su categoría de estrella mundial y eso es motivo de celebración en un Madrid en pleno crecimiento.
La aparición del mejor Hazard llega en el momento más preciso. En los últimos partidos se ha visto al mejor Madrid del último año y medio y solo faltaba que llegara su '7' para poner la guinda. Habrá que esperar 12 días para volver a ver a Eden de nuevo con la camiseta blanca, pero se tiene la esperanza de que vuelva del parón internacional todavía más enchufado. En el club blanco llamaban a la calma con su rendimiento cuando más desapercibido pasaba. Hazard es un jugador al que le cuesta entrar en la temporada, pero acaba llegando. Y llegó.
El mejor Hazard junto a Benzema
Pero lo de Ipurua no es lo máximo que se espera de Hazard, del que solo se ha visto la punta del iceberg como madridista. Lo siguiente es que se asiente en el tridente que conforma junto a Benzema y Rodrygo. Ha sido el de gala durante el último mes y, tras la irrupción del brasileño, parece que lo seguirá siendo tras el parón. Un trío dinámico y en constante movimiento, como le gusta a Zidane, y con calidad a raudales en sus tres picos. Y, lo más importante, tienen gol.
Porque con Hazard al nivel que le corresponde se ve la vida de otro color. Ante el Eibar, por ejemplo, hubo contras lanzadas por el belga que recordaron a las de las mejores épocas con Cristiano. Con Benzema por el centro haciendo las veces del portugués, porque este también es el Madrid de Karim. Pero el timón parece que le corresponde a Eden, vista la insistencia que ha tenido Zidane aunque no estuviera bien para que fuera cogiendo ritmo y confianza.
Ahora le falta el gol, que llegará. A estas alturas llevaba ya una decena en el Chelsea y, aunque ahora solo lleve uno, Zidane tiene claro que Hazard acabará aportando grandes cosas de cara a puerta. Nadie espera que sus registros sean como los de Cristiano, no es ese tipo de jugador, pero este Madrid, que también es el de todos, necesita de los goles de su estrella para terminar de despegar y ser aspirante a ganarlo todo.
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