La temporada está siendo una auténtica montaña rusa para el Real Madrid. El equipo ha pasado de no convencer a brillar. De generar dudas a ilusionar. De no ganar a mantenerse invicto. Zidane ha conseguido a levantar el rendimiento de la plantilla tras el 'match ball' que salvó contra el Galatasaray el pasado 22 de octubre, cuando el técnico se encontraba en la cuerda floja después de un mal inicio de Liga.

La derrota en Son Moix contra el Mallorca supuso un antes y un después en Concha Espina. Ha pasado más de un mes desde aquel partido y el Real Madrid no conoce la derrota desde entonces. Los blancos acumulan un bagaje de dos empates (Betis y PSG) y cinco victorias (Real Sociedad, Eibar, Leganés y Galatasaray -dos veces-), habiendo encajado solo tres goles en contra y contando con 21 a favor. 

El conjunto merengue tenía ante sí la difícil tarea, en las últimas semanas, de demostrar tras el parón de selecciones que todo no había sido flor de un mes, de un momento puntual de la competición. Ante la Real Sociedad se ratificó, mientras que contra el PSG firmaron su mejor encuentro de la temporada a pesar del empate (2-2).

Rodrygo y Neymar, en el Real Madrid - PSG de la Champions League Reuters

 

Esta situación se ha dado en el momento clave de lo que va de temporada, ya que al Real Madrid le esperaba una recta final de año con siete partidos en 26 días. Ya ha superado dos pruebas de nivel, pero aún le queda el Tourmalet del mes de diciembre contra Valencia y Barcelona en Mestalla y el Camp Nou.

Este cambio de dinámica tiene su explicación en cinco claves. Cinco facetas en las que Zidane ha conseguido cambiar la cara del equipo de forma trascendental, dando confianza a jugadores poco habituales como Fede Valverde y Rodrygo Goes. Dos jugadores sobre los que se ha cimentado esta revolución silenciosa. 

Vuelve la presión alta

Una de las mayores carencias del Real Madrid desde que Zidane llegó al Real Madrid en el mes de marzo era la falta de presión. Los blancos no acorralaban a sus rivales como en su anterior etapa y el equipo se resentía en el control de los partidos. 

Después de varios meses en el cargo, el técnico francés ha conseguido revertir la situación. Saque el once que saque, los jugadores responden durante los partidos con una presión alta óptima para asfixiar a los equipos rivales. Algo que será clave en el éxito del proyecto de cara a la fase de la temporada en la que se juegan los títulos. 

Proteccionismo y ataque con posesión

El buen gusto por el trato del balón siempre ha acompañado a Zidane a lo largo de su carrera como futbolista, pero también en los banquillos. El francés siempre ha centrado su idea de juego en conseguir que su equipo sepa manejar la posesión, tanto en la faceta defensiva como ofensiva. 

En los últimos partidos el notable nivel de jugadores como Modric o Kroos ha permitido al técnico recuperar la bandera de su proyecto. Los blancos controlan a sus rivales a través del balón, sabiendo ralentizar o aumentar la velocidad de las transiciones cuando los partidos lo requieren. 

Sacrificio defensivo en bloque

Es muy difícil que un equipo pueda llegar lejos en Europa si no hay un interés colectivo por trabajar en bloque. En los últimos meses el Real Madrid terminaba perdiendo la concentración y la implicación durante los partidos, fragmentando sus líneas y dejando espacios letales a sus rivales. 

Kroos en el Real Madrid - París Saint Germain REUTERS

Ahora se ha visto como los jugadores, sobre todo delanteros, han empezado a recuperar su mejor nivel y a sacrificarse en defensa. Ejemplo de ello es Gareth Bale, que contra la Real Sociedad recibió aplausos del Santiago Bernabéu cuando trabajó en la presión y en la recuperación del balón para sostener al equipo. 

Zidane ya no pide intensidad

Durante las ruedas de prensa de Zidane en los últimos meses, el técnico siempre aquejaba falta de intensidad en el equipo. Esta era la petición pública más importante y constante que el francés ha hecho a sus jugadores, pero el equipo ha terminado respondiendo. 

Desde la derrota en Mallorca, y con el regreso de una dinámica positiva de resultados a Concha Espina, el técnico ha aparcado a un lado esta premisa, al menos de forma pública, y su mensaje ha cambiado con el cambio de los jugadores. 

Goles desde segunda línea 

Una de las grandes claves que explican la transformación del Real Madrid ha sido en materia goleadora. A principios de temporada el equipo tenía problemas para materializar todas las ocasiones que generaba, achacándose a un problema ofensivo en la delantera. 

Esta situación se ha revertido con la incidencia goleadora que han tenido jugadores como Modric (un gol y cuatro asistencias en los últimos siete partidos), Kroos (un gol y una asistencia) o Valverde (dos goles y una asistencia). Los tres se han unido para arropar a Karim Benzema en la resolución de los partidos. 

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