La transiciones tras un periodo de éxito siempre son difíciles, pero en el Real Madrid llevan tiempo trabajando para que esto no suceda una vez se dé el definitivo cambio de testigo del equipo que ganó las tres Champions League. El futuro está a la vuelta de la esquina y, aunque el actual plantel con Zidane a los mandos todavía tiene mucho que dar como se está viendo esta temporada, es innegable que en el club y en el cuerpo técnico se piensa en lo que vendrá después.
Lo de la temporada pasada fue un aviso, aunque Zidane se ha encargado de recuperar la confianza en el equipo. El técnico francés apostó los suyos cuando solo les llovían piedras y se ha visto que era capaz de recuperar a los Kroos, Marcelo o Isco. El bloque se mantiene aunque hay varias piezas que han ido cambiando y, sobre todo, se ha notado el impulso de los más jóvenes que ya empiezan a derribar la puerta, como Fede Valverde.
Esas jóvenes apuestas por las que el Madrid ha renunciado a pagar las auténticas millonadas que algunos pagan durante los últimos ya empiezan a ser una realidad. El club blanco, contrario a competir con desorbitados traspasos, lleva casi un lustro fichando futuro mientras su segunda generación de oro llegaba a la cima un año tras otro. Lo del curso pasado no sacó al club de su rumbo emprendido campañas atrás, pero sí dio un aviso de que además de juventud hay que cuidar un presente en el que cada vez se mueven con más soltura sus 'niños prodigios'.
La irrupción esperada de Valverde
La visión del Madrid ya se nota y el mejor ejemplo es Valverde. El uruguayo llegó desde Peñarol hace tres años por un puñado de millones y ya es uno de los centrocampistas más codiciados del mundo. El futbolista del futuro le bautizó Zidane y el resto de clubes ya se tira de los pelos por no saber ver lo que vio el Madrid cuando le fichó. Hoy día ha dejado de ser una alternativa para repartirse los minutos con Kroos y sobre todo con un Modric que en septiembre cumplió 34 años.
El trivote Modric-Casemiro-Kroos ha capitalizado el centro del campo del Madrid durante media década, pero el tiempo pasa para todos. Zidane se ha empeñado en sacar este año las últimas gotas de la sobrada calidad de Modric, mientras le dosifica. En esos minutos que ha dejado libres Luka se ha crecido Valverde hasta ser un titular más y ampliar el abanico de opciones de su entrenador.
La vuelta de Odegaard
A Valverde se le augura toda una década de gloria de blanco, pero no es el único. En Donostia se curte Martin Odegaard, el relevo natural de Modric. El noruego, que abrió allá por 2015 -con cierto ensañamiento- el camino a los jóvenes fichajes, ha ido cumpliendo los plazos y en su primer año en LaLiga es la revelación de la temporada. Cedido en la Real Sociedad hasta 2021, club y jugador se debaten entre adelantar su vuelta el próximo verano o esperar otra temporada, como pediría el jugador.
Los tiempos son importantes y Odegaard, que pasó dos años y medio de Erasmus en Holanda lo sabe. Tampoco en el Madrid debería haber prisas con la irrupción de Valverde y la recuperación de Kroos y Casemiro, mientras Modric sigue dando muestras de que no se le puede dar por muerto -competitivamente hablando-. Valverde da saltos de blanco y Odegaard lo hace en Anoeta, pero falta una tercera pieza para la que hay una discusión interna dentro del organigrama blanco.
El debate con la tercera pieza
Zidane sigue insistiendo en el fichaje de Pogba para enero o junio y el Madrid lo sigue viendo demasiado caro ante la firme postura del United. Van de Beek y Eriksen siguen siendo dos alternativas, sobre todo el danés que es un chollo en el mercado actual, pero el nombre que va ganando enteros con el tiempo es Fabián Ruiz. El del Nápoles es más barato que Pogba y es el tapado en la agenda merengue. Hay otros que siguen sin olvidarse de Ceballos.
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