El Real Madrid afronta un mes de enero desde este sábado en Getafe muy intenso. Hasta tres competiciones estarán en juego para abrir el 2020 en un año que se presenta trepidante y que Zinedine Zidane ha planteado para olvidar un 2019 agridulce. La vuelta del francés al final de la temporada pasada supuso un cambio de mentalidad inmediato en la plantilla y en todos los estamentos del club para brindar toda su confianza en el técnico galo.
A partir de esa confianza, han llegado los resultados. Zidane ha completado un buen inicio de campaña y tiene al equipo en los octavos de final de la Champions League y a dos puntos del liderato en La Liga, cuando la plantilla acostumbraba a llegar en las últimas temporadas a bastantes más puntos del liderato a estas alturas de la temporada.
Todo ello ha llegado con un mes de diciembre que finalizó con un sabor agridulce. Las sombras fueron esos tres empates para terminar el año que han impedido que el equipo terminase el 2019 como líder en solitario en el campeonato nacional. Pero una de las grandes luces fue un Isco Alarcón que ha recuperado los galones de temporadas pasadas.
El malagueño ha vuelto a mostrarse como el jugador que deslumbró a toda Europa durante la época más exitosa del Real Madrid en el último decenio. Recuperó el buen juego del equipo y lideró la propuesta de fútbol total que ha propuesto Zidane durante el último mes del año marcando la pauta de lo que se espera de este equipo y el camino hacia los buenos resultados.
La alternativa a Hazard
Otra de las sombras del mes de diciembre fue la lesión de Eden Hazard. El belga sufrió un golpe en su tobillo en el partido contra el PSG en el Santiago Bernabéu y, cuando todo parecía que sería una dolencia menor, finalmente ha terminado por suponer dos meses de baja para el delantero. Zidane, en la rueda de prensa previa al partido frente al Getafe, confirmó su ausencia en la Supercopa.
Pero en esa misma comparecencia, el francés brindó toda su confianza a Isco. Preguntado por esa mejora de la que se hablaba, Zidane confesó que, aunque se identifica con todos, "por posición quizá más con el". "Me gusta como jugador, es un jugador muy importante, está demostrando que quiere estar aquí, jugar y pelear por su sitio", explicó el preparador galo.
Y es que las referencias que simulan cómo jugaba Zidane sobre el césped y cómo lo hace Isco son con el paso de los años más evidentes. No solo por la posición, si no por las características de uno y de otro. Los dos son magos con el balón, actúan de enganche entre el ataque y la medular, asisten como los ángeles y usan las dos piernas como solo los elegidos lo hacen.
Zidane ha puesto toda su confianza sobre Isco. El malagueño será el factor diferencial que quiere el francés para la Supercopa. En este primer título del año, el malagueño tendrá los galones que pedía durante la temporada pasada en la que sufría esa falta de feeling con sus entrenadores y una desmotivación que le llevó al destierro en el banquillo.
El primer reto del 2020
Y es que Isco afronta el nuevo año con muchos frentes abiertos para volver a ser el futbolista que se esperaba desde que saltó al estrellato en Málaga. El 2020 puede ser su año y todo empieza por la Supercopa. Una gran actuación en el torneo que se desarrollará en Arabia Saudí sería la primera pieza de una obra de arte que quiere redondear con un éxito nacional.
2020 es año de Eurocopa y el regreso de Luis Enrique ha supuesto que Isco gane papeletas de cara a la titularidad en el torneo. El asturiano le dio mucha confianza durante su primera etapa, pero que vuelva a confiar en él dependerá de su rendimiento con los blancos.
El pacto con Zidane está claro. El francés le quiere para ser importante y tener un jugador más para la causa en esta temporada y él quiere recuperar el foco para recuperar su crédito y dar valor a su candidatura para la Selección. En todo esto solo hay un ganador claro, el Real Madrid.
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