Pocas dudas quedan ya sobre Fede Valverde. 'El Pajarito' es el jugador diferencial de esta segunda etapa de Zinedine Zidane en el Real Madrid. Pocos confiaban este verano cuando el equipo blanco cedía a Dani Ceballos al Arsenal, vendía a Marcos Llorente al Atlético de Madrid y se quedaba con solo cuatro centrocampistas puros cuando tradicionalmente el francés había jugado con tres por partido.
Finalmente Zidane ha terminado ganando un título con 5 sobre el césped. La Supercopa de España ha supuesto una inyección de moral para la plantilla, pero mucho más para un Valverde que ha utilizado este torneo para confirmarse como uno de los centrocampistas más en forma de Europa y, aún más allá, como uno de los mejores mediocentros del mundo.
Su partido ante el Valencia en el que los blancos dominaron al equipo de Albert Celades con una exhibición de juego de posesión le aupó en cuanto a sus capacidades con el balón. Frente el Atlético la exhibición fue más por su incombustible fuerza y sacrificio en el trabajo defensivo y se descubrió como una pieza multiposicional ocupando más el lado derecho y siendo el jugador que más regates hizo, condicionado sobre todo por superar a sus rivales por velocidad en conducción.
Seis meses de transformación
Fede Valverde no estuvo en los dos primeros partidos oficiales del equipo. A pesar de que al final de la temporada pasada Zidane confió en él, crecieron las dudas sobre si iba a tener continuidad esa circunstancia. Pero cuando el equipo estaba teniendo problemas para sacar adelante los partidos (dos empates seguidos ante Valladolid y Villarreal), el preparador galo empezó a darle chance.
Una lesión muscular le impidió estar en París en la debacle y perderse el siguiente partido ante el Levante, pero estaría presente en el partido que cambió la mentalidad de la plantilla con el 0-1 en el Sánchez Pizjuán ante el Sevilla. Después de eso acumularía tres titularidades consecutivas en Liga aprovechando la baja de Luka Modric y asentándose en el once.
Ya en su primer gran encuentro de la temporada ante el Atlético en el Metropolitano se vieron los mimbres de lo que vendría después. Fue soltándose en esos partidos que siempre se dice que marcan La Liga ante equipos de menor entidad y, sobre todo, demostrando al resto del centro del campo que podían jugar con menos preocupaciones defensivas por detrás de la línea del balón por su capacidad de recuperación.
Después demostraría que también tiene capacidad para llegar al área con dos goles seguidos ante el Eibar y la Real Sociedad. Ya asentado completamente en los planes de Zidane para esta temporada, demostraba ante Valencia y Barcelona en el Camp Nou que las grandes citas no le iban a achicar. La mentalidad ganadora del uruguayo ha dejado varias imágenes en Mestalla y en Yeda de cómo vive los encuentros. Y esa forma de actuar entra en la filosofía del Real Madrid.
Una inversión increíble
Todo esto coge un valor mayor cuando se indaga cómo fue su llegada al Real Madrid. Valverde solo le costó cinco millones al equipo blanco siendo un ejemplo más de la nueva forma de encarar el mercado en búsqueda de nuevas perlas del fútbol mundial. En un arriesgado movimiento por un joven centrocampista que había jugado un par de encuentros en Peñarol, los de Concha Espina han visto como su inversión ganaba valor.
El siguiente paso para que la apuesta acertada pase a estrella mundial serán los títulos. La Supercopa es el primer paso de los muchos que quiere dar 'El Pajarito' en el Real Madrid. La entidad blanca es sinónimo de éxitos, el uruguayo lo sabe y quiere hacer historia defendiendo el escudo que más ha reinado en la última década en el continente europeo.
Ha nacido un superhéroe. No es un 'Pajarito', no es un avión, es... SuperValverde.
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