El nuevo Real Madrid que ha conseguido cimentar Zidane no tiene techo. El pivote defensivo ve portería, el equipo no encaja goles, cada semana una nueva alineación... El técnico francés ha confeccionado un equipo camaleónico, muy difícil de desgranar para los rivales, en el que se ocultan las carencias de los futbolistas y brilla el éxito colectivo.
La prioridad del Real Madrid es ganar, pero también obtener un regularidad que permita al equipo afrontar un torneo como La Liga con opciones reales de triunfo a final de temporada. Es el gran anhelo de Zidane, uno de los que le hicieron retornar a Chamartín en marzo de 2019 tras su gloriosa y anterior etapa.
El 2020 no ha podido empezar de mejor forma para Zidane, ya que el técnico ha visto como su equipo ha conseguido mantener el ritmo imprimido durante la primera vuelta y continuar postergando su racha de imabitibilidad. Getafe, Valencia, Atlético de Madrid y, este sábado, Sevilla. Cuatro partidos, ocho goles a favor y solo dos en contra.
Pero todo va más allá de un resultado en Concha Espina. Contra el Sevilla se pudieron confirmar algunas claves del nuevo Madrid que tiene el sello de Zidane. Un equipo que practica un fútbol total, físico y con buen gusto por el balón; que no descuida la parcela defensiva y que encaja muy pocos goles en cada partido.
Fútbol total
El Madrid ha conseguido desarrollar un estilo de juego en el que los goles sorprenden a los rivales y llegan desde cualquier posición. En Getafe la referencia ofensiva fue Varane y en Sevilla, Casemiro. Dos partidos y cuatro goles que llegan desde dos posiciones poco habituales a salir en la foto.
La falta de gol del equipo se ha suplido con la aportación de todos los jugadores. Al margen de Benzema, que está rindiendo de forma notable como buque insignia en ataque, los centrocampistas y los defensas aportan llegada desde segunda línea. Esto le ha valido a Modric y Ramos para ser los máximos goleadores de la plantilla, solo por detrás de Karim y Rodrygo, con cinco tantos en su haber.
25 oportunidades
Un rasgo identificativo de Zidane es que no se casa con nadie: todos tienen, tarde o temprano, oportunidades sobre el terreno de juego. Ante el Sevilla fue el turno de Jovic, Lucas Vázquez y Rodrygo. Los tres fueron de la partida en un 4-3-3 que formó una novedosa e inusual tripleta ofensiva.
Los jugadores solo deben tener paciencia, trabajar y esperar su momento para tener minutos con el francés. Vinicius y Militao son otros dos ejemplos de jugadores que han tenido protagonismo en las últimas semanas.
Sin incondicionales
Lo que si es una realidad, es que no hay fijos. Existen teóricos titulares, pero nada tiene garantizada su posición de forma incondicional. Zidane agita al equipo en función de las necesidades o carencias que vea para cada partido y ante el Sevilla dejó fuera jugadores como Benzema o Isco estando disponibles.
El poder de decisión lo tiene el técnico francés y lo ejerce sobre sus jugadores. Él es quien decide si un futbolista se encuentra en condiciones óptimas de aportar al equipo, por muchos galones que pueda tener en la plantilla. Su liderazgo va más allá del de un jugador que fue una leyenda. Los números le avalan.
Difícil de defender
Esta situación genera dudas en los rivales. Y es que el Real Madrid es un equipo muy difícil de defender: no hay hombres fijos y los delanteros son muy versátiles, lo que hace que las defensas tengan dificultades para tomar referencias para neutralizar a los blancos.
Salvo cuando juega Luka Jovic, el resto de atacantes suelen camuflarse por diferentes zonas del campo, fundiéndose con los centrocampistas para generar ocasiones con un juego eléctrico impredecible.
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