Isco Alarcón ha sido uno de los grandes responsables de una nueva evolución del Real Madrid de Zinedine Zidane. El malagueño ha vivido unos meses muy dulces donde se ha reencontrado con su mejor versión y ha vuelto a ganar una confianza que parecía haber perdido. El francés recuperó a lo más parecido que puede haber en la plantilla blanca al jugador que era él y es un producto más de la 'Fórmula Zidane' que ha enganchado a los 26.
El media punta fue gran protagonista durante estos últimos dos meses donde la culminación de la Supercopa de España fue la confirmación de su recuperación. En el torneo que se disputó en Arabia Saudí, Isco puso sobre el campo en los dos encuentros que se jugaron el temple, la conducción, la visión de juego y el liderazgo con el balón que le convirtieron en uno delos jugadores más talentosos del mundo.
Ahora se reencuentra con el Real Valladolid, el equipo que hizo patentes las carencias del equipo al principio de temporada y donde él tuvo un papel irrelevante en el partido del Santiago Bernabéu. En el Nuevo José Zorrilla el del Arroyo de la Miel volverá al once titular y buscará ser el responsable de que el equipo blanco vuelva al liderato de La Liga tras el pinchazo del Barça.
Cinco meses después
El Isco del comienzo de la campaña parecía perdido. En ese encuentro de la segunda jornada del campeonato nacional compartió titularidad con James Rodríguez y fue mejor incluso que él. El colombiano, al revés de lo que la situación actual refleja, arrancó el año futbolístico por delante del malagueño. El '16' blanco, sin un futuro claro desde su regreso este pasado verano, mejoró la imagen que estaba dando el '22', aunque en ese partido no pudo evitar el empate a uno final.
Ni unía al equipo, ni superaba rivales, ni tenía presencia en él área rival. No sumaba, solo restaba sobre el césped. La versión de Isco era una calcamonía mala de lo que se presupone en un jugador de su talla. Justo después de eso se lesionaría y las dudas sobre lo que podría ofrecer esta temporada se agudizaban. Cada día era más difícil pensar que la mejor forma del exjugador del Málaga podía volver.
Tras una temporada donde pocos jugadores se salvaban, Isco parecía abocado a abandonar el Real Madrid más pronto que tarde. Aunque Zidane recalcaba día tras día que contaba con el media punta, parecía irrecuperable para la causa. El fracaso que habría supuesto dejar escapar el talento de un jugador como él habría pesado demasiado en la cabeza del francés. Por eso, en el mes de diciembre cambiaron las cosas.
Un líder
Zidane le dio la alternativa, le metió en la dinámica del equipo y ante la baja de Eden Hazard se erigió como el jugador que iba a hacer que su ausencia no fuera tan traumática. Partido tras partido fue creciendo hasta el punto de plantarse en el Camp Nou para ponerle la puntilla a Ernesto Valverde. Solo el VAR evitó que los blancos salieran triunfantes de Barcelona.
Bajo su batuta surgió un nuevo Real Madrid de los centrocampistas y volvió a coger la importancia que su calidad merece. En la Supercopa confirmó, con gol incluido, que el talento no había desaparecido de sus botas. Isco recuperó la confianza perdida y volvía a sonreír sobre el césped de un estadio. Zidane volvía a contar con 'Magia' y él solo podía congratularse.
Aún tiene por delante seis meses de competición donde volver a la senda del éxito de blanco y dónde buscará completar su gran temporada con La Roja en la Eurocopa. Luis Enrique podrá contar, salvo lesión, con uno de sus jugadores que parecían dispuestos a liderar su nuevo proyecto. Tras estar fuera del banquillo de España varios meses, el asturiano volverá este 2020 a buscar la gloria con el combinado nacional e Isco será pieza clave.
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