El sorteo de los octavos de final de la Copa del Rey dejó un bonito e histórico encuentro entre el Real Zaragoza y el Real Madrid. Este encuentro entre un Segunda y un Primera fue hace un tiempo un gran duelo del máximo nivel. Hasta 138 veces se han enfrentado estos dos equipos en partido oficial, pero hay tres que marcan la previa del choque que disputarán en La Romareda el equipo de Zinedine Zidane y el de Víctor Fernández este miércoles.

Maños y madridistas se enfrentaron en la final de la Copa del Rey de 2004 con un Estadio Olímpico de Montjuic hasta los topes. Se encontraban la ilusión de un completo Zaragoza con la contundencia de Los Galácticos a los mandos de Carlos Queiroz. Roberto Carlos y David Beckham marcaron de falta para igualar los goles de Dani y David Villa y llegar a la prórroga. Allí Luciano Galletti, desde la frontal, hizo estallar a la afición zaragocista para tumbar al favorito.

Lo más grave fue que dos temporadas después la sorpresa volvió a saltar en la misma competición, pero esta vez en una eliminatoria. El Real Madrid de López Caro llegó a las semifinales de competición copera como favorito para llegar a una final ante, previsiblemente, el Deportivo. Pero ninguno de los dos llegó. Los blancos se fueron de La Romareda con un 6-1 y, aunque a los 11 minutos iban 3-0, no consiguieron pasar del 4-0 en la vuelta.

Todo esto tiene un denominador común: Víctor Muñoz. El ex jugador del Barça y antiguo entrenador también de Recreativo de Huelva o Getafe fue el gran gestor de esas gestas desde el banquillo del Zaragoza y analiza en EL ESPAÑOL tanto esos encuentros como el que se disputa este miércoles.

¿Qué recuerdos tienes de ese 6-1 en La Romareda?

En el 6-1 planteamos el encuentro en función de lo que teníamos y las debilidades del Madrid. Diego Milito tuvo una noche fantástica y Ewerthon, con su velocidad, estuvo inmenso. En el momento en el que robábamos el balón buscábamos a Ewerthon para que corriera y Milito ejecutara. Salió muy bien.

¿Se confiaron?

Había algo que no entendía. Cuando íbamos 3-0 o 4-0, López Caro tenía en el banquillo a Zidane y tardó muchísimo en ponerlo a jugar. Luego salió, pero no empezó el partido. Fue un partido espectacular para nosotros. Contuvimos muy bien al Madrid. Cani hizo un partido excelente.

¿Y la vuelta?

No se por qué recuerdo más el 4-0, el partido de vuelta del Santiago Bernabéu, que el partido de ida. En el primer tiempo ya íbamos 4-0, luego nos anularon un gol, pero no pudieron hacer el quinto. Pero parecía que habían ganado. Quizá viví más por el sufrimiento la vuelta.

Ellos eran Los Galácticos, pero los tuyos no se quedaban atrás...

Ahí habíamos perdido a David Villa, aunque vino Diego Milito. Pero venían avisados de la Copa del Rey del año anterior con aquel gol de Galletti en la prórroga. No podían sorprenderse con el Zaragoza, les habíamos ganado la final de Montjuic y sabían lo que podíamos hacer.

¿Qué significó esa Copa del Rey?

Después de eliminar al Atlético de Madrid, al Barça y al Real Madrid... luego perdimos contra el Espanyol en la final. No creo que mereciéramos perder, tuvimos mala suerte. Pero el fútbol tiene estas cosas. Te puedes imaginar cómo te quedas.

¿Y la que ganaste?

Esa final fue mi mayor éxito como entrenador... por ahora (Risas). No éramos favoritos, era el Real Madrid, un terreno neutral. El Real Madrid de Los Galácticos de verdad, porque estaban todos en el campo. Se nos dieron las circunstancias para llegar vivos a la prórroga y tuvimos la lucidez de hacer un buen trabajo para llevarnos el partido.

Y allí estaba Zidane

Recuerdo que cuando expulsaron a Cani, pensé en cómo hacer para seguir sosteniendo a Zidane. Había quitado al segundo punta, que era Dani, para meter a Galletti y poco después metí a Generelo que hizo un trabajo extraordinario. Después expulsaron a Guti y eso también nos ayudó. 

Cuando te enfrentabas a él, ¿le veías como entrenador?

En el fútbol nunca sabes. He visto a muchísimos jugadores que nunca en la vida pensabas que iban a ser entrenadores. Y luego te los encontrabas.

¿Tú no te imaginabas como entrenador?

Yo sí. Yo me preocupaba de ello. Era un fiebres. Estudié INEF con la idea de ser entrenador. Cuando jugaba, pensaba en ello. Pero por el camino me he encontrado a compañeros que en la vida podía pensar que iban a ser entrenadores. Cuando dejas el fútbol, el profesional dice: ¿a qué me dedico? El fútbol se ha convertido en un negocio espectacular.

Pero Zidane ha caído de pie

Cuando entrenas al Real Madrid o al Barça, la mayoría de entrenadores tienen éxito.

Pero también estás más expuesto

Bienvenida sea la exposición (Risas). Yo he tenido a Ernesto Valverde como jugador. Lo llevé al Mallorca cuando empecé allí a entrenar. Y Valverde era imposible que fuera entrenador, no le gustaba. Le gustaba la fotografía. Luego lo cogió, le empezó a gustar, le fue bien en Bilbao cuando Zubizarreta le puso con los juveniles. Y luego ya hemos visto lo que ha conseguido.

Tiene mucho mérito lo que Zidane ha hecho con el Real Madrid, pero que se ponga a entrenar al Leganés. Guardiola también ha entrenado solo a grandes equipos. También tienes que tener la capacidad para que te elijan estos equipos.

¿Por eso se ve a Zidane más como un alineador que como un entrenador?

El entrenador tiene un compendio de características, pero también un equipo. Te tienes que rodear de un gran equipo de profesionales. No se le pueden quitar méritos a Zidane, que en algunos momentos se les ha quitado. O a Valverde. A los que han ganado. Pero también hay que vivir en la realidad y que estos entrenadores en equipos inferiores no hubieran podido tener éxitos. Hay que relativizarlo.

¿Crees que el Barça ha sido injusto con Valverde?

Un entrenador que está en todas las competiciones y va primero sea cesado, no se entiende. Se podría haber entendido si lo hacen el año pasado, cuando solo gana un título de tres y hay dos fracasos en Champions y Copa. No en el momento en el que se hizo. Parece que se ha olvidado ya con la llegada de Quique Setién. Yo lo he comentado en un artículo del Mundo Deportivo. Fue un cese injusto y fuera de lugar.

¿Y ahora con Setién a la hora de meterle tanta prisa?

Bueno. Él aceptó un reto muy importante y tiene que saber que hay que ser eficaz. Tiene que saber que si no gana, la temporada que viene no estará. Tiene que combinar conseguir títulos, seguir ganando, para poder trabajar como él quiere.

Este Madrid es un poco Galáctico también, pero esta Copa está dejando muchas sorpresas...

Que no se piense el Madrid que se va a pasear por La Romareda. El Zaragoza va a estar muy motivado, van a dejarse la vida para ganar al Madrid. Este formato da más opciones al equipo pequeño. Así que no va a ser fácil para el Madrid.

¿Tú lo prefieres?

Si estuviera en un equipo grande... igual preferiría la otra opción. Si estuviera en uno pequeño, claro que lo preferiría. Un equipo pequeño lo que quiere es jugar en casa y contra un equipo superior. No hay nada que perder. Es más atractivo para el público este formato. Pero es que igual no llegan los mejores equipos a las semifinales. Con este formato el Castilla llegó a una final de Copa.

El hecho de que el Real Zaragoza lleve siete años sin estar en Primera también hace más exótico el enfrentamiento, se le echa de menos

Es una pena y una lástima. Podía haber bajado solo un año y subir inmediatamente. Yo creo que en Segunda tiene una audiencia televisiva superior a muchos de Primera. Es un club de Primera. A ver qué clubes tienen los éxitos que ha conseguido el Zaragoza.

Y si hay una llamada del Zaragoza a Víctor Muñoz para volver a entrenar...

Depende de las condiciones... Quién me llame... Depende de muchos factores... (Risas)

¿Echas de menos entrenar?

Me gustaría estar entrenando, pero no me vuelvo loco. En unas condiciones aceptables, que estén en concordancia con cómo entiendo yo el fútbol.

Viendo el ejemplo de Setién ya nadie puede decir que su carrera se ha acabado

Él ha hecho cosas importantes, tuvo la fortuna de que le vieron como el hombre que podía entrenar al Barça. Ha tenido una gran fortuna, él mismo lo ha declarado. Imagínate, si además consigue éxitos... Pero él está en el camino para hacerlo. Tiene las opciones intactas.