El Manchester City ha visto este viernes como se truncaba su futuro. Todas las previsiones que podía tener de cara a los dos próximos años no valdrán para nada después de que la UEFA les haya sancionado con la expulsión de todas las competiciones europeas durante dos temporadas. Todo ello provocado por la alteración de los ingresos por patrocinio en los ejercicios de 2012 y 2016.
Con Guardiola acabando contrato en año y medio, y una larga lista de jugadores que también terminan su vinculación antes de 2022, se presenta una situación muy difícil para la dirección deportiva del club. Convencer a afición y plantilla sin poder competir en la Champions, la gran obsesión de los Citizens desde la llegada del técnico catalán, será la gran prueba para los ingleses.
Pero esta sanción ha dejado camino libre para que las miradas sospechosas se centren en el otro equipo que también ha levantado ampollas por su forma de actuar en el mercado y su crecimiento a raíz de la subvención a través del dinero proveniente de Catar, el mismo lugar que ha provocado la sanción al City.
París, bajo la lupa
El PSG es el siguiente objetivo de todos los clubes que rivalizan con él en Europa y el deseo de que las investigaciones en torno a su figura para descubrir irregularidades en su financiación se ha incrementado tras la noticia que saltó este pasado viernes.
Todos los dedos apuntan hacia el club parisino, que ya fue investigado por presuntas irregularidades en los fichajes de Kylian Mbappé y Neymar Junior el mismo verano. Este caso encontró su final en 2019 cuando el Tribunal de Arbitraje Deportivo le dio la razón al club cuando alegó que la UEFA había violado sus propias reglas reabriendo el caso cuando ya el Organismo de Control Financiero había dictaminado que no hubo irregularidades con respecto al Fair Play Financiero (FPF).
Debido a esto, toda investigación pasada no serviría ya para volver a investigar al PSG. Pero hasta la fecha UEFA no ha decidido sancionado ninguna irregularidad con respecto a los contratos de patrocinio ni los acuerdos con el país de Catar que tiene el equipo francés, cuestión que sí ha provocado la sanción al City. Unos contratos que sí fueron investigados en 2014.
En este año, tanto el equipo inglés como el francés fueron sancionados con una multa de 60 millones de euros, que se redujo hasta los 40 finalmente, infringir el FPF al tener pérdidas por un valor superior a los 45 millones en los dos cursos anteriores. Esta investigación y el supuesto control que han llevado desde este momento, es lo que ha trasladado el miedo a una sanción a París.
Madrid y Barça, al loro
Una posible sanción al PSG sería un alivio para el mercado inflado de fichajes. Suponiendo que la pena fuera similar a la del City, los jugadores que actualmente están en el equipo francés no soportarían el hecho de no competir por la Champions League y jugar en una liga aparentemente menor como la francesa. Esto abriría nuevos frentes de mercado que, sobre todo, afectarían a equipos españoles.
El interés del Real Madrid por Mbappé es una cuestión que no sorprende a nadie ya. Es la gran promesa del fútbol mundial y una realidad que potenciaría cualquier plantilla a base de goles. El gran deseo del jugador francés es levantar la Champions y lo ha hecho público muchas veces. Si en el PSG no tuviera la posibilidad, el puente aéreo hacia Madrid se abriría de par en par ya que el jugador aprovecharía para solicitar al club su salida.
Pero esta situación también abriría la posibilidad del regreso de Neymar Jr. a Can Barça. Después de un verano en el que parecía prácticamente hecho, una sanción sería la puntilla que necesitaría el brasileño para decidir abandonar París, acogerse a todas las cláusulas que pudiera y presionar a los azulgranas para que lo pusieran todo sobre la mesa.
Evidentemente, todos los equipos con capacidad económica, como el resto de los ingleses, los grandes de Italia o el Bayern estarían atentos a todas las posibilidades que se abrirían con una supuesta sanción. También se pondrían en el radar grandes futbolistas como Marquinhos, Verratti o Draxler y a jóvenes promesas como Kimpembe, Kouassi o Aouchiche. Así que las dificultades se acrecentarían también para buscar reemplazo a esas súper estrellas que se podrían marchar.
La situación sería más trágica que en el caso del Manchester City. Los ingleses al menos cuentan con el hecho de jugar la Premier League y otras dos competiciones nacionales cuya calidad y fama les mantendrá en el mapa futbolístico. Pero los parisinos desaparecerían y perderían toda la influencia que han ganado en la última década.