El Real Madrid, como el resto de equipos y competiciones de máximo nivel, está en el dique seco. El coronavirus ha obligado a parar el fútbol en un momento delicado de la temporada, donde los blancos venían mostrando mucha irregularidad, con grandes actuaciones (Camp Nou) y partidos grises (Benito Villamarín).

El parón es de obligado cumplimiento para todos, pero eso no quiere decir que la actividad cese. Los jugadores del Real Madrid siguen entrenando en sus casas para no perder el ritmo: desde Marco Asensio que aprieta por volver de su lesión a Sergio Ramos, que hace gala de su capitanía en las redes sociales dando ejemplo de preparación. En la misma línea toda la plantilla. 

Esta situacióin también ataña a Zidane. Y es que no se sabe cuando se reanudarán las competiciones, pero el técnico galo debe estar preparado para cualquier escenario, ya que la temporada se encuentra en el ecuador donde se deciden los títulos. 

El equipo ha vivido semanas frenéticas en las que, por la afluencia de partidos, no era posible analizar detenidamente las carencias y fortalezas del grupo. Ahora Zidane sí tendrá ese tiempo para pensar fríamente en los problemas que estaban lastrando el rendimiento de una plantilla que en enero tocó su pico de plenitud.

Desequilibrio ofensivo 

Una de las mayores fortalezas que había conseguido Zidane en el Real Madrid en las últimas semanas era en ataque, donde el técnico había conseguido que el equipo recuperará el desequilibrio ofensivo con la irrupción de Vinicius Júnior en la banda izquierda. 

Vinicius, durante el partido frente al Betis REUTERS

La conexión Vinicius-Benzema funcionaba y el Madrid tenia una gran presencia en campo rival, creando infinidad de ocasiones durante los partidos y desquiciando a las defensas rivales. Algo que se pudo observar durante El Clásico ante el Barcelona. 

Seguridad en la portería

En la misma línea se encontraba la portería del Real Madrid, donde Thibaut Courtois había asentado su liderazgo levantando un muro bajo palos. El belga había conseguido quitar un peso de encima a Zidane con su seguridad atrás, siendo está una de las claves de que el equipo fuera el menos goleado de La Liga. 

Estado físico

En cuanto a las carencias y debilidades se refiere, una de las más notorias era el estado físico del equipo. La plantilla estaba inmersa en una dinámica de competición muy voluminosa en la que apenas tenían tiempo de poder detenerse a pensar sus movimientos. 

Una de las claves de la irregularidad del equipo es que los jugadores llegaban justos de fuerzas a algunos tramos de los partidos, algo que Zidane debe trabajar por mejorar de cara al futuro. 

Manejo de la presión

Por encima de todo, el Real Madrid pecó en las últimas semanas de no saber manejar correctamente la presión. El equipo llegó a estar líder de La Liga, pero desaprovechó su condición y cedió vespertinamente en favor del Barcelona.

Zidane da órdenes a sus jugadores desde la banda del Benito Villamarín REUTERS

En los partidos ante Betis y Levante, dos choques muy cercanos entre sí, el Madrid dejó escapar seis puntos que le han situado en la segunda posición. Todo ello después de un esfuerzo titánico por vencer al Barça en el Santiago Bernabéu. 

Concentración en los partidos

En la línea de lo anterior, el Real Madrid ha dejado escapar puntos importantes en varios tramos de la temporada. Mientras el equipo dio la cara en grandes citas y no ha hincado rodilla en el campeonato ante los, teóricos, rivales de mayor entidad, ante equipos más modestos no ha conseguido mantener la concentración.

Zidane tiene varias semanas ahora para desgranar el porque el equipo jugó como lo hizo ante el Betis, donde se mostró una de las versiones merengues más grises de la temporada. 

Aportación de la Unidad B

Una de la cuentas pendientes más llamativas que tiene que resolver Zidane en los últimos meses gira en torno al banquillo, donde la 'unidad B' no le está dando el rendimiento que acostumbró en su anterior etapa.

jovic

Las rotaciones no terminaban de funcionar antes del parón por el coronavirus y muchos jugadores como Jovic o Rodrygo han desaparecido de sus esquemas del francés en el Real Madrid. El técnico debe desgranar un plan para intentar recuperar el esplendor de los menos habituales para poder garantizarse un mayor rendimiento con regularidad en la plantilla. 

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